Equilibrio de poderes

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Equilibrio de poderes

Se criticaba en su momento el peso, el tonelaje omnímodo de un presidente granítico, como lo fue Carlos Salinas de Gortari. Hasta el día de hoy, el villano favorito de los mexicanos, de una buena parte de los mexicanos. Él mismo llegó a jugar con su reelección en las urnas. No lo negaba, tampoco lo aceptaba. Simplemente dejaba correr la charada. Por cierto si usted lo recuerda, a gritos se lo pedían en varias partes del País. Pero, todo se vino abajo con aquello del levantamiento de un puñado de indígenas de la sierra alta de Chiapas. Justo en ese cambio de año y la entrada de México en el Tratado de Libre Comercio, quien esto escribe andaba de vago en… San Cristóbal de las Casas. Un día antes del estallido de la revuelta de palo, me regresé a pasar las fiestas a Tuxtla Gutiérrez, con mi hermano José Guerrero Esponda y su familia.

Estuve tres días en San Cristóbal. Se advertía en el ambiente algo raro. Indígenas apostados día y noche en las esquinas de las calles de San Cristóbal no pasaron desapercibidos para su servidor. Pero de eso a oler en el ambiente una revuelta armada, no lo vi. Así fue. Las escaramuzas duraron lo que dura una voluta de humo en las manos: nada. El Gobierno Federal decretó unilateralmente un alto al fuego por parte del ejército nacional. Luego, se envió a ese lugar a un político, Manuel Camacho Solís, a concertar, dialogar y platicar con los de la revuelta, incluyendo al famoso escritor, el subcomandante Marcos. Sin duda, épocas de un romanticismo almibarado ya perdido. Al parecer y al día de hoy, los de la revuelta zapatista de Chiapas siguen dialogando. Nadie les hace caso, menos Andrés Manuel López Obrador. Se han quejado. Pero ni los ve ni los oye.  

Les decía que era una época en que Carlos Salinas de Gortari dominaba el cielo, la tierra y el aire. Se le criticaba tanta concentración de poder en un solo hombre. Pero ojo, se le criticaba, se le señalaba. ¿Hoy? La gente, la masa de palurdos e iletrados ven a Andrés Manuel López Obrador como un santo. Le creen todo, le votan a favor todo y le encargan milagros y peticiones, como asistir a templos y basílicas a pedir favores a San Judas Tadeo o a la Virgen del Perpetuo Socorro. ¿Por qué?

AMLO lo sabe y lo alienta, lo amamanta. No pocas veces ha salido a la palestra pública, desde su púlpito o tornavoz privado de Palacio Nacional ha hablado de tener estampitas milagrosas, afiches, escapularios, dólares de dos dólares (¿pues no que reniega del liberalismo?), etcétera. Y eso es precisamente lo que vende para causar empatía: una mente primitiva que cree en la magia y superchería… al igual que 72.24 por ciento de los mexicanos (Encuesta sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México, realizada por el Conacyt y el Inegi). Ahora en lenguaje cristiano: 72.24 por ciento de la población actual de México, cree en amuletos y limpias, no en la ciencia.

ESQUINA-BAJAN

Ojo, por eso López Obrador hace lo que hace y es lo que es. Un engaña bobos. También por esto, su desprecio hacia cualquier manifestación de cultura y claro, su sed infinita de venganza en contra de ciertos humanos como Enrique Krauze (revista “Letras Libres”), Héctor Aguilar Camín (revista “Nexos”) y claro, todo su odio y rencor en contra de ese “pasquín inmundo” llamado “Grupo Reforma”. La cicatriz que le está haciendo en su gobierno ese “pasquín inmundo” es una saga de proporciones bíblicas. Y sigue siendo válida y vital aquella máxima que repetimos los escritores y periodistas: para escribir bien y tumbar a un gobierno, sólo se necesitan dos dedos índices para la máquina de teclear (así escribía Carlos Fuentes) y las 28 letras del alfabeto. Con ese arsenal tiene uno para derrocar malos gobiernos.

¿Qué hacer entonces? Pues buscar eso llamado equilibrio del poder. Tratar de  equilibrar las fuerzas políticas que nos rigen y buscar el contrapeso hacia una mejor forma de gobierno, gobierno en manos de AMLO que ha llegado casi a la dictadura. La voz de un solo hombre. La voz de un hombre solo. Y llegamos al quid de la cuestión: se avecinan elecciones en varias partes del País, entre ellas, la renovación del Congreso local. Habrá elecciones para diputados (16 diputados de mayoría relativa y 9 de representación) en octubre de este año. Y le tengo la mejor de las noticias que ya sabe: usted y nadie más, tiene el poder en su mano, en su voto, para elegir un sano y democrático equilibrio de poderes en el ámbito político.

Usted y nadie más puede votar en contra de los zombis de Morena (sólo reciben órdenes, no tienen voz ni ideas propias) y usted puede y debe elegir a candidatos de otras agrupaciones políticas que usted decida que llenan sus expectativas de confianza, actitud, temperamento y voz para defender en Coahuila lo que es del Estado y presentarle pelea al cacique de Macuspana. Yo no soy nadie para decirle por quien votar. Usted tomará su sabia decisión en su momento y elegirá al diputado de acuerdo a su Distrito. Ahora bien, ¿Usted está de acuerdo con la forma de gobernar y de imponer ideas, tonos, palabras y políticas por parte de Morena y de AMLO? Pues vaya a la urna y vote prozombis, así de sencillo.

En esta elección, como siempre, todos los votos cuentan. Todo voto es valioso y eso al final de cuentas hará la gran diferencia entre un justo equilibrio de poderes o bien, todos los huevos, todo el pastel para AMLO. “Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo, en donde nacen los hombres y las mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos”. frase de Ignacio Allende.

LETRAS MINÚSCULAS

Así sea, señor lector. Así sea.