Estación Madero, población que muere en el olvido a kilómetros de Parras

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Estación Madero, población que muere en el olvido a kilómetros de Parras

Congelado. En Estación Madero parece que no pasa el tiempo; ni las esperanzas. Fotos: Vanguardia/FRANCISCO RODRÍGUEZ
A kilómetros de Parras viven unas personas de las que nadie se acuerda. Algunos trabajan en una empresa que, aseguran, los mata de a poco

Estación Madero, perteneciente al municipio de Parras, es un rancho en el que habitan cerca de 100 habitantes y donde lo único que queda es la lucha por tener agua, pues la mayoría de la gente prefirió migrar por falta de servicios y trabajo.

Estación Madero se halla a 15 kilómetros de terracería desde el entronque de Paila a Parras, y si se le pregunta a los habitantes cuándo fue la última vez que los visitó un gobernador, unos reirán, otros se quedarán pensando por segundos y unos más soltarán de inmediato: “Ninguno ha venido”.

Relegados. Los habitantes de esta población viven entre penurias, con escaso apoyo gubernamental.

El ejido es grande en extensión. Las calles son tierra seca, tostada por el sol. La gente en Estación Madero se dedica a la siembra del melón, orégano o candelilla, pero muchos otros trabajan para la empresa Antimony, una industria extractiva de antimonio.

Algunos son operadores, fundidores y otros son transportistas de material. Frente a las casas desahuciadas se miran transportes de carga.

“No hay fuentes de trabajo”, se queja José Carlos Vázquez, quien trabajó cuatro años en Antimony como operador de horno. Renunció a principios de año y no le quisieron dar ninguna liquidación. “Un tío trabajó 12 años y le dieron 33 pesos de retiro”, asegura. Él ganaba a la semana mil 800 pesos.

En cuatro años únicamente le hicieron una prueba de sangre, donde arrojó unos gramos de mercurio en la sangre. “Nada de qué preocuparse”, le dijeron. 

“Muchos quieren parar la fábrica pero luego dónde trabajamos después; 600 pesos pagan en los melones”, comenta Santiago Valerio, otro vecino del rancho. 

La mayoría de la gente optó por salir de Estación Madero. 

Unos agarraron para Parras, otros para Saltillo y unos más a Torreón.

Aquí la gente se siente olvidada, pues dicen que sólo pasan promesas pero que ninguna palabra se detiene. 

 

SOLO UNA NORIA

Estación Madero tiene una sola noria de agua que debe abastecer a toda la comunidad. El agua es el principal problema de este rancho tapizado de desierto. Petra de Anda, habitante del ejido, comenta que siempre les prometen mejorar el drenaje pero nunca hacen nada. La noria no avienta agua.

Además, los pobladores decidieron abrir la tierra, agujerar la red, y conectar a la brava. “Yo me gancho, pero a la otra cuadra ya no llega agua o disminuye”, platica Petra. En el depósito ya no llega ninguna gota de agua. Eso provoca pleitos y rencillas entre la gente.

El municipio de Parras manda ocasionalmente pipas a la comunidad. Hubo un tiempo que llegaban cada semana pero de eso hace meses.

Así mismo, Petra se queja que en ocasiones los olores de la fábrica de antimonio llegan muy fuertes, por lo que al no tener agua, les repercute.

El hospital más cercano está en Parras, a 35 kilómetros. El centro de salud nunca tiene medicinas.