Están pa´l perro aseguradoras mexicanas

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Están pa´l perro aseguradoras mexicanas

Abusa Quálitas de emprendedores en plena pandemia.

Mi abuela la broker de seguros decía que de todas no se hace una y si viera lo que sucede en ésta pandemia, se volvería a morir.

Ninguna compañía de seguros -por ejemplo- acepta hacerse cargo de los gastos que sus clientes de seguro de gastos médicos mayores, desembolsa si contrae el bicho.

Sin innumerables los casos de asegurados que sufren las de Caín para que las compañías que operan en México les reembolsen sus gastos.

Los llamados co-pagos y deducibles son de los más abusivos del mundo y las autoridades respectivas fingen que la Virgen las habla y son tan ineficientes como un chalán de mercado jalando en la NASA.

BOTÓN DE MUESTRA CORTESÍA DE QUÁLITAS

¿Un tractocamión circulando a 170 k/h? Ni en las películas de acción. Pues ese es el argumento de la aseguradora de Joaquín Brockman Lozano para no responder por una reparación mal hecha que tiene parado desde hace un año 3 meses la unidad de carga de Marcela Uribe y Omar Franco.

Les platico: El 6 de septiembre de 2019, el tractocamión Freightliner modelo 2008 que éste matrimonio operaba como permisionarios, sufrió daños por una inundación.

En esa fecha comenzó su calvario con la compañía de seguros Quálitas, con la cual tenían contratado una póliza para dicha unidad, que fue comprada por ellos en noviembre de 2018 al transportista Reinaldo Reyna.

Destinaron todos sus ahorros, $525,000 y en friega contrataron a un operador y metieron el tractocamión al negocio de transporte como permisionarios, modalidad que muchas empresas de carga utilizan para ampliar su flota y capacidad de trabajo, mediante unidades que pertenecen a particulares, que le pagan a la fletera una comisión por cada viaje.

Requisito insalvable para esta actividad es contar con un seguro, el cual contrataron Marcela y Omar con Quálitas, cuyo presidente y fundador es Joaquín Brockman Lozano.

A pesar de que llevan 15 meses con la unidad en diversos talleres de reparación, estuvieron estuvieron pagando la póliza, hasta que en agosto pasado ya no pudieron.

Entre Luis Mejía -coordinador de Quálitas para equipo pesado- y Antonio Reséndiz -sub director de operaciones y valuaciones de la misma aseguradora- han traído de un lado a otro al matrimonio de emprendedores, de un taller a otro y con un montón de excusas, no se han hecho responsables de que la unidad sea reparada, a pesar del dineral que cobran por un seguro para este tipo de vehículos.

SE LA BAÑAN

Hoy, el tractocamión está prácticamente abandonado a su suerte en el taller Difrenosa, de Miguel Alemán 1111, en Apodaca, que es una especie de distribuidor o agencia de la marca Freightliner.

Antes estuvo en Protacsa, cuyo gerente es Felipe Rodríguez, del 9 de septiembre al 16 de noviembre de 2019. Y nada.

Luego los de Protacsa lo enviaron al Taller Martínez, a cargo de Leonel Casillas, para que repararan el motor.

Ahí lo tuvieron del 16 de noviembre de 2019 al 3 de enero de 2020. De ahí lo devolvieron a Protacsa para que le instalaran el motor. Los de éste negocio se metieron del 3 de enero al 16 de febrero de 2020.

Entre el 31 de enero y el 16 de febrero, la unidad fue regresada a garantías, cuatro veces, por fallas continuas que presentó la unidad.

Debido a tantas metidas de pata, Luis Mejía -el de Quálitas- decidió mandarlo a Difrenosa, donde supuestamente son expertos, pues son concesionarios y distribuidores de la marca Freightliner.

El 25 de marzo pasado, Marcela y Omar recibieron el tractocamión sin trámites de entrega oficial por parte de la aseguradora.

El 6 de junio falló otra vez el motor, después de haber circulado solamente 3,574 kilómetros y de estar 39 días trabajando.

Los dueños ocuparon un buen de tiempo en volver a contratar operador y conseguir viajes con la empresa donde son permisionarios.

Debido a eso, reclamaron a Quálitas la garantía, la cual les fue rechazada con argumentos falsos.

Los de la aseguradora están amachados en que la falla del motor se produjo por lo que técnicamente se conoce como "desbocamiento por velocidad" de 170 kilómetros por hora.

Esto es falso por insólito. A los pelaos de Quálitas se les olvidaron tres razones técnicas:

 1.- No hay en la historia del transporte de carga en México un antecedente de semejante velocidad alcanzada por algún tractocamión aún sin semiremolque.

Esta verificación la obtuve de la Canacar, Cámara Nacional de Carga.

2.- El lugar de la falla del "motor desbocado" fue anotado por los empleados de Quálitas, en el puente a Colombia un sábado a mediodía y justo en ese día, el GPS de la unidad registró un lugar diferente a ese.

3.- El tractocamión de Marcela y Omar está gobernado para no sobrepasar los 110 kilómetros por hora.

Debido a la desesperación, los dueños aceptaron un trato que les ofreció Quálitas: pagar $116,000 por los repuestos mecánicos y los del taller y la aseguradora se harían cargo del costo de la mano de obra.

Esto fue el 28 de agosto. Hoy es 11 de diciembre y NADA.

CAJÓN DE SASTRE

"Qué poca madre la de éstos de Quálitas. A ver si con esta arremangada que les das le cumplen cabalmente a éste matrimonio y dejan de estarse fregando a gente emprendedora. Si Marcela y Omar se animaron a denunciar públicamente esto, es porque las autoridades mexicanas están pa´l perro, con perdón de tan noble animal", dice la irreverente de mi Gaby, ahora sí bien encabronada.

Crédito fotos: Omar Franco
Crédito fotos: Omar Franco