Éstas no son predicciones

Usted está aquí

Éstas no son predicciones

Intentar predecir las desiciones de la Academia va mucho más alla de solo apreciar la calidad de los filmes, se trata de entender la industria. Nuestro colaborador Enrique Abasolo pasa de eso, nos habla de sus favoritos y en el camino destroza a la favorita ‘La la land’

Religiosamente, y desde que era un niño, he visto la ceremonia de premiación de la Academia a “lo mejor” (comillas obligatorias) del cine, entendido éste en términos estrictamente hollywoodenses. 

Los años (y las decepciones) me han enseñado que tratar de adivinar los ganadores es un ejercicio inútil Éstas NO son prediccionessi se hace con el corazón, es decir, apostándole efectivamente a lo que el criterio y el gusto nos señalan como los trabajos dignos de reconocimiento.

No. Atinarle a los designios de la Academia significa entenderla como industria y como una transmisión televisiva ávida de un rating que cada año disminuye dramáticamente sus puntos, porque a los millenials ya no les resulta atractiva una ceremonia de tres horas con un montón de premios de carácter técnico (nerds en sus respectivos campos dando discursos de agradecimiento), empalagosos musicales y la celebración de vetustas glorias de la pantalla.

Por eso ahora se trata de involucrar a estrellas juveniles y se nomina casi una decena de cintas en la categoría principal, lo que no termina de convencer a los chicos y acaba por ahuyentar a los espectadores habituales.

Hago pronósticos si se trata de participar en algún concurso, pero no me hago ya ninguna ilusión. La Academia siempre me da la sorpresa porque yo insistentemente hago mis predicciones con las vísceras, no con frialdad ejecutiva.

Así que estos son mis deseos en las categorías principales. Lo más probable es que falle en todas. Son los que según yo deberían llevarse a casa la estatuilla dorada, por favor, no las tome a manera de predicciones, que no lo son.


MEJOR ACTRIZ
> NATALIE PORTMAN.- El esfuerzo de la ganadora de la estatuilla por “El Cisne Negro”, por traer de vuelta a la vida a la Primera Dama más amada y recordada en la historia de los Estados Unidos, aunado a la exquisitez de su presencia, deberían bastar para merecerle su segundo galardón… en un mundo ideal, por supuesto.
Aquí la disputa real está entre la consentida del público, Emma Stone, por su irreal personaje en la absurda pero aclamada “La La Land” y la favorita de la crítica, Isabelle Huppert, por “Elle”.
Meryl Streep (“Florence Foster Jenkins”) debería conformarse con seguir acrecentando su increíble marca de nominaciones, lo mismo que Ruth Negga, cuya presencia en la terna corona su esfuerzo en una pequeña pero poderosa pieza de tema racial llamada “Loving”.

MEJOR ACTOR
> CASEY AFFLECK.- Creo que mi apuesta aquí por el atinado protagonista de “Manchester by the Sea” es la única que tiene reales oportunidades de agenciarse el Oscar, la única que está en sintonía con la tendencia. 
Eso a menos que el escándalo que persigue al hermano incómodo de Batman haga que la Academia reconsidere y opte por dárselo al sueño húmedo de las audiencias, Ryan Gosling y todo sea felicidad en el mundo “Sha La Land”; o peor, que se lo entreguen a Denzel Washington en otro arrebato absurdo de justicia étnica.

Andrew Garfield y Viggo Mortensen ya son ganadores con haber sido tomados en cuenta.
Como sabemos, hay dos categorías para la escritura del guión cinematográfico. Las comento brevemente:

El mejor guión adaptado debería recaer en los autores de “Moonlight”, pues el resultado se aleja de todos los convencionalismos y, aunque es un drama gay de afroaméricanos, no toma ni el elemento racial ni sexual para salidas facilonas o de fórmula. Su catarsis final es maravillosa porque es de una sutileza tal que es casi 
imperceptible.

El guión original, aunque mi favorita es “Enemigo de Todos”, debo reconocer que tomándonos al pie de la letra lo de la “originalidad”, no hay nada más novedoso ni fuera de serie en su terna que el guión de “Lobster”, esa extraña y oscura “comedia” que discursa sobre el amor y lo que la sociedad espera de nosotros en materia de relaciones.

La reina de las nominaciones, “La La Land” tiene un argumento tan pobre que premiar su guión será un craso error. Si la Academia hace lo que debe, premiará a alguna de las dos arriba mencionadas.

Foto: Especial

MEJOR ACTOR DE REPARTO
> MAHERSHALA ALÍ.- Quizás en esta categoría la Academia haga lo correcto premiando esta cálida interpretación. Alí es un traficante que sin embargo hace lo correcto al brindarle a un niño, prácticamente en la orfandad, las únicas perlas de amor paternal que jamás recibirá en la vida. Esto en la delicada pieza “Moonlight”.

Todos amamos al veterano “Dude”, Jeff Bridges, por sus trabajos anteriores, pero aun si fuese un desconocido, su Texas Ranger en “Enemigo de Todos” tendría suficiente profundidad y carisma para agenciarse el premio y la adoración del público. Pero él no necesita otra estatuilla ni tiene nada que probar. 

Aun así, si al final resulta ganador, no habría reproches.
Michael Shannon, por su rol como un oscuro policía en las últimas (otro tejano), en el fascinante thriller “Animales Nocturnos” y el joven Lucas Hedges de “Manchester by the Sea” son sin embargo trabajos de sumo interés.

Dave Patel es el patito feo, pues más que actor de reparto, es de hecho el protagonista durante la mitad de “Lion”, la segunda mitad, la menos interesante por cierto.

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
> NAOMIE HARRIS.- No sólo estoy enamorado de esta actriz afro británica desde la escalofriante odisea de culto y zombis 28 “Días Después” (Danny Boyle 2002), sino que de las nominadas en su categoría es ella la que ofreció la actuación más intensa y verosímil, como una madre totalmente disfuncional y drogadicta.

Entre sus competidoras está Michelle Williams, quien también dio todo por su papel, pero su intervención en “Manchester by the Sea” es tan poderosa como breve. La favorita, Viola Davis (“Fences”) y Octavia Spencer (“Talentos Ocultos”) también son actrices de color. Es odioso mencionar el aspecto racial de un intérprete, desgraciadamente para efectos del Oscar, sí es un tema relevante ya que muchas de sus peores injusticias se han cometido en aras de ser políticamente correctos.

En esta categoría, Nicole Kidman (“Lion”) está completamente rebasada, su nominación parece un mero pretexto para tenerla engalanando la ceremonia.

No olvide el nombre de quien debió llevarse el premio: Naomie Harris por “Moonlight”.

MEJOR PELÍCULA/MEJOR DIRECCIÓN

 

> Englobo ambas categorías en un mismo comentario porque me parece un absurdo cuando los premios discrepan (si uno hace la mejor película del año, por necesidad es el mejor director, ¿no?).

Y me permito hacer algo de chapuza: La película que debería alzarse como la mejor del año ni siquiera está nominada. Hablo del drama histórico racial “El Nacimiento de una Nación”, que fue ignorada supuestamente por un escándalo de su realizador, Nate Parker, pero que en realidad no se consideró porque lejos de ser la tradicional cinta en la que los afroamericanos soportan con estoicismo la discriminación y los abusos, ésta habla de un levantamiento de esclavos que terminó con una histórica masacre de blancos explotadores. La Academia, jamás va a premiar un discurso así.

Y si hemos de conformarnos con lo que hay en la terna, mucho me alegraría que se premiara ya sea al western posmoderno “Enemigo de Todos” (Hell or High Water), o al fino drama sin tanto melodrama, 
“Moonlight”.

Lo que sea, antes que ver encumbrada a la sobrevaloradísima fantasía musical para millenials, “La La Land”, aunque desafortunadamente esto último es lo más probable.