Familias en gran familia

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Familias en gran familia

Munus en latín significa cargo, obligación y el verbo capere equivale a captar. De ahí se deriva la palabra de nuestro idioma “municipio”. Se tenían en el imperio romano los ediles o concejales en territorios prefijados. Eran responsables del mantenimiento de los edificios y del funcionamiento de los servicios para la comunidad municipal.

Lo vemos ahora, con sencillez, como una comunidad de familias asentadas en un territorio, con un nombre determinado. Y nos parece que lo más actual es un buen equipo de servidores que tengan aptitud y rectitud para ofrecer satisfactores aceptables a todas las necesidades. Asumen encargos bien señalados para ofrecer resultados máximos con el mínimo de recursos. Elaboran un programa que señala los pasos necesarios en un cronograma de control. 

El trabajo de equipo, perfectamente interrelacionado será lo que garantice un ejercicio saludable en el  periodo que establece la ley. 
En un mundo democrático la comunidad, con su voto individual, da, en conjunto, un mandato de bien común al elegido por mayoría. Eso da derecho a los ciudadanos que votaron a exigir el cumplimiento de su mandato con rectitud, transparencia y oportuna información. 

La persona elegida tendrá la delicada tarea de integrar su equipo sin amiguísimos ni nepotismos, buscando a los más preparados y más fiables. Los electores dan su mandato pero no se desentienden de las actividades del gobierno municipal sino se sienten colaboradores, facilitadores y soportadores con su responsable contribución. 

Sin evadir los tributos, apoyarán, desde su área de acción, las políticas municipales, enriqueciéndolas con sus sugerencias y con su crítica constructiva, dirigida a evitar insuficiencias. Lo peor que puede pasar a un equipo de servicio es sustraer y malgastar lo aportado por los ciudadanos y no rendir cuentas claras y transparentes. Y lo peor de una ciudadanía es volverse cómplice por su conformismo y apatía o querer sacar provecho de los desórdenes y abusos de los que debieron servir sin lucrar.

Todos somos municipio. Todos queremos bien común. Quienes intentan ser mandatarios han expuesto sus propuestas y toca a cada oyente ir captando los datos necesarios para una votación responsable por el bien posible. Por constancia de mayoría y, en casos extremos, por dictamen de tribunal se dirá el resultado del sufragio y es entonces cuando emerge la mejor actitud que es la de reconocer y dejar atrás diferencias para luchar juntos por un municipio que viva como una gran familia, con justicia, prosperidad, seguridad y paz...