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Farsa política
La semana pasada y ya toda ésta que corre veloz han sido de sainete político, chacota, chismes, trascendidos, si no es que de plano, farsa política. La sucesión se adelantó de más en Coahuila. Se adelantó desde el primer día que Rubén Moreira juró como Gobernador. Se tienen ya cuatro-cinco años anhelando otro gobierno. Administrar la pobreza, como lo ha hecho Rubén Moreira, a nadie le gusta. El Estado lo resintió. Los resultados están a la vista. Se anhela otro gobierno, se tiene esperanza en un futuro mejor; aunque todo mundo lo sabe, el futuro no existe.
La semana pasada y esta que corre han sido de revuelo político. Pero ausente lo más importante: los ciudadanos, nosotros que somos palurdos e iletrados a los cuales nos llaman gente, masa, la nada. Las semanas últimas han estado caldeadas en todos los sentidos. Se rebasó al mismo Gobernador. De hecho, éste no fue invitado a un cónclave nacional de primer nivel de priístas con miras a las elecciones para Gobernador en tres Estados el próximo año (Edomex, Nayarit y, claro, Coahuila). Horas bajas y de sombra vive, ni los pagos millonarios a Rubén Aguilar lo salvan.
A nivel nacional, al priísta presidente de México Enrique Peña Nieto nada le sale bien. Y nada sale bien porque no hay planificación, estrategia, correcta aplicación de los recursos monetarios, preparación en tiempo y forma de la vida, fogueo… nada sale bien. Ya nada salió bien de su administración. El fracaso de las políticas públicas en la administración, preparación, equipamiento, campamentos y entrenamiento de la delegación de atletas que compitió en Río de Janeiro, Brasil en los recién terminados Juegos Olímpicos (125 deportistas en 27 disciplinas) es inobjetable. Nadie quiere hacerse responsable del fracaso. Mejor aún, se premió la ineficiencia. Peña Nieto ratificó al director de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Alfredo Castillo, mexiquense él y amigo cercano.
Para los que llevan las cuentas, van las siguientes: la Conade de Castillo destinó este año y, con miras a los Olímpicos, 196 mdp de su presupuesto a salarios de burócratas y sólo 16 mdp a vestuario y artículos deportivos. En Londres 2012, por comparación, se destinaron 33, 296, 819 pesos a “vestuario, blancos, prendas de protección y artículos deportivos”. En “servicios personales” en Londres se destinaron 187, 187, 737 pesos. Con Castillo, aumentó a 197, 028, 804 pesos.
Esquina-bajan
La comparación es brutal y los datos son duros. El mayor dato que nos desnuda de cuerpo completo: con Enrique Peña Nieto al frente de la nación, el presupuesto de la Conade disminuyó un 54 por ciento. Si tomamos como ejemplos los ejercicios presupuestarios contemplados en el año de los Juegos Olímpicos, se pasó de ejercer 6, 147, 428, 564 pesos, a 2, 825, 615,876 pesos. El discurso de apoyar el deporte es uno, la realidad es otra. Nada funciona y los ciudadanos están cansados de ser de segunda clase y no tener campeones a quienes vitorear. Ésta es apenas una de las decenas de aristas con las que el PRI de Peña Nieto enfrentará a un entorno y electores hostiles el próximo año y luego la renovación de la Presidencia de México.
A nivel doméstico, la situación es igual o peor. El cónclave panista de su alta jerarquía celebrado en Saltillo elevó los bonos de Luis Fernando Salazar, senador que busca cortarse el cordón umbilical que le debe a Guillermo Anaya. Ya hay más precandidatos a gobernar Coahuila por parte del PAN que ganadores millonarios del Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española. Silvia Garza Galván, como si fuese priísta, vive de ocurrencias (“estoy segura de que me convertiré en la primera Gobernadora”). Pero no tiene estructura, planes ni es reconocida a lo largo del Estado.
En el lado del PRI, Jericó Abramo Masso, sin ambages lo ha dicho: quiere ser Gobernador, quiere competir por ello, quiere luchar para eso. Abramo Masso junto a “Súper Chemota” José María Fraustro Siller, Ricardo Aguirre y, claro, el ahijado Miguel Ángel Riquelme son los punteros del PRI que, con todo en contra, incluyendo las horas bajas de Peña Nieto y Rubén Moreira, buscarán pintar de rojo al Estado sobre un azul deslavado al día de hoy, pero que se antoja, llegará a los comicios fuerte y bravucón.
Letras minúsculas
En esta marea de hostilidad política, usted y yo, lector, somos los que menos importamos: los ciudadanos. Cobre usted la factura el día de las elecciones.