Forman, Taviani y Ermey

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Forman, Taviani y Ermey

El director de cine italiano Vittorio Taviani (i), el actor estadounidense R. Lee Erme (arriba derecha) y el director de cine checo Milos Forman (abajo derecha). Fotos: EFE/AP

Apenas una semana después de comentar la triada de fallecimientos de actrices y cineastas a nivel internacional, tan solo el pasado fin de semana se dieron tres muertes sucesivas de talentos del Séptimo Arte.
 
La primera de ellas se dio el viernes 13 con la muerte del maestro de origen checo Milos Forman a los 86 años de edad, un cineasta representativo en el último cuarto del siglo XX entre los realizadores inmigrantes hacia la Meca del Cine y adaptando su formación personal y profesional europea al sistema hollywoodense para salirse con la suya con historias transgresoras pero de apego universal que fueron las que le dieron el sello de estilo a toda su obra fílmica.
 
Así fue como Forman, quien quedó huérfano a muy temprana edad debido a la persecución judía por parte de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, fue apadrinado nada menos que por el actor Michael Douglas para en 1975 producir para la pantalla grande el relato transgresor para la época de la novela “Atrapado sin salida” sobre un criminal que cree encontrar menos represión en un hospital psiquiátrico declarándose loco para enfrentarse a todo lo contrario, el cual hizo historia por cuenta propia puesto que obtuvo los 5 principales Oscares de su año: Mejor Película; Mejor Director (Forman); Mejor Actor (Jack Nicholson); Mejor Actriz (Louise Fletcher) y Mejor Guión Adaptado (Lawrence Hauben y Bo Goldman, algo que no sucedía desde 1934 cuando ganó “Sucedió una noche”.

No llegó a pasar una década, y películas no menos transgresoras con dos musicales de muy diverso contexto como “Hair”, de 1979 a “Ragtime”, de 1981, para que en una historia donde el protagonista era también un músico, nada menos que el célebre Wolfgang Amadeus Mozart, volviera a transgredir la narrativa cinematográfica con una inusual biopic basada en una ya exitosa obra de teatro titulada simplemente “Amadeus”, que en su caso se llevó 8 premios Oscar a lo mejor en cine de 1984 entre los que destacaron los de Mejor Película; Director (otra vez para Forman); Mejor Actor (F. Murray Abraham, pasando de antagónico a protagonista como el envidioso también compositor Salieri) y Mejor Guión Adaptado para Peter Shaeffer, entre otros.

En los años 90 Forman llegó a materializar un par de obras maestras más: “Larry Flynt: El nombre del escándalo”, de 1996, que le dio su última nominación al Oscar como Mejor Director por contar la historia del magnate del porno Larry Flynt (Woody Harrelson) como mero justificante para criticar la libertad de expresión que tanto se pregona en los Estados Unidos, y “El lunático”, de 1999, sobre otro desadaptado, en su caso el comediante Andy Kaufman, que le dio al comediante Jim Carrey otro de sus grandes papeles dramáticos después de “El show de Truman” (Peter Weir, 1998) pero que por cargar con el estigma de cómico la Academia no consideró una vez más “digno” de ser nominado como Mejor Actor.

Al deceso de Forman se le unieron el domingo 15 Vittorio Taviani, quien con su hermano Paolo cuando menos en una quincena de películas dieron cara al talento fílmico de Italia de mediados del siglo XX y cuyo trabajo pudimos ver hasta hace 5 años en la edición 54 de la Muestra Internacional de Cine “César debe morir”, falleciendo a los 88 años de edad y el actor norteamericano R. Lee Ermey, a los 74, recordado como el temido sargento Hartman del clásico “Cara de guerra” (Stanley Kubrick, 1986).
 
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