Francisco en México

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Francisco en México

A estas alturas ya se ha escrito mucho sobre la visita del Papa Francisco a México. Sus mensajes han cautivado a muchos. 

El apoyo a su visita es generalizado, incluso la bienvenida y el aplauso se escucha en sectores tradicionalmente alejados y opuestos a la Iglesia Católica. Francisco, el Papa de la misericordia, que no juzga a los pecadores, pero deja en claro en qué radica el pecado.

Su visita está marcada por el amor del Papa por la Guadalupana. Francisco tiende puentes de perdón y amor para fortalecer su mensaje y rescatar la esencia del cristianismo. Consigue armonizar en uno solo, su mensaje religioso espiritual y el de una justicia social sin el odio y rencor que puede provocar la injusticia.

Firme frente a los opresores, pero amoroso porque todos somos hijos de Dios. Francisco vino a refrescarnos a todos: Líderes y sociedad en general. Su diagnóstico ha sido puntual y su reto para los mexicanos, esperanzador. Los mensajes del Papa han sido tan completos, sencillos y puntuales que ni explicación requieren. Sus mensajes están llenos de sabiduría. Los invito a leerlos íntegros. Por ahora reproduzco fragmentos de sus mensajes a la clase política y a los obispos de México.

“La experiencia nos demuestra que, cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.

“…La construcción de —una política auténticamente humana— (Gaudium et spes, 73) y una sociedad en la que nadie se sienta víctima de la cultura del descarte”.

“A los dirigentes de la vida social, cultural y política, les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino, en su familia y en todos los círculos en los que se desarrolla la sociabilidad humana, ayudándoles a un acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz”.

 “Sean por lo tanto obispos de mirada limpia, de alma trasparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los —carros y caballos— de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la —columna de fuego— que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor (cf.Ex 14,24-25)”.

“No pierdan, entonces, tiempo y energías en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubes de intereses o de consorterías. No se dejen arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias”.

“Sólo comenzando por las familias; acercándonos y abrazando a la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, las comunidades políticas, las estructuras de seguridad; sólo así se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada”.

“Una mirada de singular delicadeza les pido para los pueblos indígenas, para ellos y sus fascinantes, y no pocas veces, masacradas culturas. México tiene necesidad de sus raíces amerindias para no quedarse en un enigma irresuelto. Los indígenas de México aún esperan que se les reconozca efectivamente la riqueza de su contribución y la fecundidad de su presencia, para heredar aquella identidad que les convierte en una nación única”.

Twitter: @chuyramirezr
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