Graffiti Tridimensional e intervenciones urbanas

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Graffiti Tridimensional e intervenciones urbanas

El artista pone su obra a merced del público, quedando así vulnerable. / Omar Saucedo
Estudio Lomelí continúa con propuestas culturales y artísticas, ahora con la participación del artista urbano Jerónimo Valdés, quien presentó su exposición ‘Dinámicas del Hábitat’

Hace aproximadamente un año surgió una elaborada leyenda sobre las escaleras miniaturas que se encontraban a la entrada de una vivienda abandonada en el #227 de Ramos, entre Hidalgo y Allende. Se decía que fueron construidas para permitir el acceso a duendes invocados por una de sus habitantes.

Sin embargo, esta pequeña construcción de concreto, al igual que otras tantas intervenciones similares sobre el paisaje urbano de Saltillo, son obra del artista Jerónimo Valdés, quien continúa su discurso de arte urbano con la exposición “Dinámicas del Hábitat”, inaugurada la noche del lunes 30 de octubre en la galería de Estudio Lomelí, disponible al público durante un mes.

Sin formación artística académica, Valdés nos contó que empezó sus andares como grafitero: “Se trataba intervenciones urbanas con pintura y muy rápido comencé a superar la técnica y a tratar de encontrar otros medios para trabajar, pero con el mismo principio de plasmarlo en la ciudad.

“Hace tres años comencé a formar un discurso más conciso”, explicó, “antes nada más era oportunismo. Ver un detalle y decir, por ejemplo, si esto parece un pino de navidad pues le pongo esferas, pero luego empiezo a hacer un discurso sobre la gente, las personas, cómo vivimos, en qué materiales nos movemos”.

Eligió trabajar con el concreto como parte de esta misma experimentación creativa. “Una vez compré como tres kilos de plastilina y empecé a hacer figuras, y luego de ahí, muy rápido, me buscaron del Museo de Artes Gráficas para un pequeño taller que duraba tres meses y mi proyecto era hacer una intervención con cemento, y de ahí salto al PECDA, un proyecto más grande, con más recursos”, comentó.

La exposición en sí consta de tres partes (el artista ha dedicado ocho meses a este trabajo), la principal es el centro ceremonial prehispánico, compuesto de pirámides y edificios inspirados en la arquitectura de las civilizaciones indígenas precolombinas colocadas sobre una cama de yeso.
Estas obras fueron diseñadas para ser montadas en la vía pública, e intervendrán las bases de cemento que alguna vez sostuvieron algún poste de luz o semáforo y que ahora se encuentran abandonadas, con los pernos oxidados sobresaliendo de la piedra.

Las obras que complementan la muestra fueron creadas para el espacio interior de Lomelí. Esculturas de concreto y acero como instalaciones de ángeles ordenados de manera concéntrica, un marco de manitas, un poliedro sólido de piedra que cuelga del techo y otro más de varas de acero que contiene a su vez más figuras tridimensionales, suspendido por fuera del edificio, sobre la calle de Allende, además de una reproducción miniatura de las pirámides de Giza con esfinge incluida.

La última de las secciones de “Dinámicas del Hábitat” es una mesa donde se exhiben los bocetos y los registros del proceso creativo de las obras que Valdés ha realizado durante su trayectoria, incluyendo algunos trabajos pasados como los bosquejos de la Zigurat que presentó en la exposición “No clavar, no rayar, no pegar” en el Centro Cultural Teatro García Carrillo el pasado Mayo.

“Una cosa importante”, puntualizó, “es que antes ponía una pieza y si alguien la destruía, pues perdía su sentido y en este de las pirámides lo que quiero lograr es que si alguien la patea o le destruye una pieza, esa pirámide se va a hacer una ruina, es decir, la acción de la gente va a reconstituirla”.