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Gustavo ¿puedes ceder tu lugar en la góndola?
A las 5 de la tarde del viernes 2 de junio de 1961 comenzaron a llegar los industriales, comerciantes y gente de los medios a quienes había invitado el Padre Carlos Alvarez, a un templete que había sido colocado en la joroba norte del Cerro de la Silla, muy cerca de donde él tenía la Ciudad de los Niños.
Les platico: Se trataba de la pre inauguración de la que él llamaba su “obra monumental”: El teleférico del Cerro de La Silla.
Se trataba de mostrar los avances de su construcción y para tal efecto, todos los invitados iban a ascender hasta la plancha que había sido construida metros arriba, a 1,350 metros sobre Monterrey en la ruta hacia el pico donde hoy están las antenas de televisión.
El Gerente fundador del entonces Canal 6 tuvo a su cargo la coordinación del traslado y atención de los invitados. Había colaborado muy de cerca con el Padre Alvarez en esa obra y sería uno de quienes treparían en la subida inaugural.
Eran muchos los invitados y el movimiento de las góndolas era demasiado lento. La fila de los animados era larguísima y cuando finalmente le tocó su turno, el Gerente del Canal 6 fue acomodado personalmente por el sacerdote en la góndola donde emprendería el ascenso, junto al Ing. Alberto Rocatti -diseñador del sistema- y el Ing. Jesús Fernández Guerra, constructor del mismo.
El mismo Fernández Guerra se estaba encargando de levantar la torre del Canal 6 de TV, que estaba en Jiménez norte 730, que llegó a tener una altura de 151.65 metros. En esa góndola iba también el Ing. Angel Rodríguez González.
Cuando la puerta estaba ya cerrada con esas cuatro personas -que además eran muy amigos- el Padre Alvarez la abrió y le preguntó al Gerente del Canal 6 que si no tenía inconveniente en cederle su lugar al Ing. César Augusto Leal Flores porque necesitaba discutir algunos asuntos técnicos con el Ing. Fernández Guerra.
El joven ejecutivo de la televisora aceptó no de muy buena gana, porque él quería estar con los constructores del teleférico en esa ocasión tan importante.
El Padre le dijo que se iría en la siguiente góndola pero como el movimiento era muy lento, se impacientó pues calculó que a la velocidad con que se estaban moviendo las góndolas, más el tiempo de la ceremonia en la estación de arriba y luego el descenso, terminarían en la madrugada.
Discretamente se fue a su casa sin despedirse de nadie. Realmente estaba muy molesto por lo que el Padre le había hecho.
CAMBIO DE PLANO
A las 5 de la mañana del día siguiente, se recibió la llamada de una señora muy mortificada en la casa donde vivía el joven gerente del Canal 6.
Era su tía y ametralló a preguntas al papá del ejecutivo:
- Tía: ¿Está Gustavito en casa?
- Papá: No lo veo desde ayer, pero aquí debe de estar. ¿Por qué?
- Tía: Por favor, asegúrate de que está en casa.
- Papá: ¿Cuál es la urgencia?
- Tía: Tú asegúrate de que ahí está, por favor.
- Papá (después de varios minutos) Sí, está en su cuarto. Ahora sí dime, ¿qué pasó?
- Tía: Es que acaba de ocurrir un accidente en el teleférico del Cerro de La Silla. Se desplomó una góndola y hay varios muertos. Gustavito andaba allá y quería asegurarme de que está bien.
- Papá: Pues aquí está, bien dormido, pero aquí está.
- Tía: Bendito sea Dios.
El siguiente texto fue tomado del periódico El Porvenir de Monterrey en su edición del sábado 3 de junio de 1961:
“Trágico accidente ocurrió ayer en el ascenso pre inaugural del teleférico del emblemático Cerro de la Silla.
Una de las góndolas se desplomó desde una altura de 18 metros en la torre 6, cuando descendía casi a la medianoche, provocando la muerte de sus cuatro ocupantes: Los ingenieros Jesús Fernández Guerra (43), Alberto Rocatti (50), Cesar Augusto Leal (43) y Angel Rodríguez (44).
Las primeras investigaciones revelan que el sistema se trabó, el cable se enredó en el alambrón y alguno de los viajeros desenganchó manualmente la góndola en forma accidental y la caída fue mortal.
En otras góndolas viajaban invitados nacionales y extranjeros que fueron rescatados por los equipos de bomberos y por el personal que operaba el sistema del teleférico.”
Junio de 1964: Luego de otro desafortunado accidente en el que tres personas más murieron en iguales circunstancias, el proyecto y su cuantiosa inversión fue abandonado por órdenes del entonces gobernador Eduardo Livas Villarreal.
CAJÓN DE SASTRE
El joven ejecutivo del Canal 6 de TV que fue “invitado” por el Padre Carlos Alvarez a ceder su lugar en la góndola a uno de los ingenieros encargados de la construcción del teleférico del Cerro de La Silla, es Gustavo M. De la Garza Ortega, quien hoy es uno de los cuatro líderes mundiales en el campo de la fibra óptica.
Platiqué con él sobre este hecho ocurrido hace 59 años y me dijo: “El Señor tenía destinado para mí otras cosas y por eso me salvó de tan terrible accidente. Agradezco que me haya sacado de aquella trágica góndola para permitir que cumpliera la misión que se me había encomendado”.
Y la irreverente de mi Gaby interviene diciendo: “Conociéndolo, debe haber echado pestes porque no lo dejaron subir a esa góndola pero debido a eso, aquí está para dicha de quienes lo conocemos y tratamos. Gustavo es un ejemplo de emprendedurismo a nivel global. Su éxito en el mundo se debe a que es un hombre que creó su poder empresarial desde cero; solo heredó de sus padres una educación, nada más”.