Hablemos de Dios 11

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Hablemos de Dios 11

‘María es la más pura y virtuosa de todas la mujeres del universo’

Es María, la Virgen. Su poder no es de este mundo, aunque aquí es donde la invocamos y la queremos. Es la mujer más poderosa que ha existido. Sin ella, nada; con ella, todo. Es María, la Virgen, quien ha cobrado a últimas fechas un protagonismo digno de elogio. 

Este es el segundo texto del tríptico iniciado la semana pasada. Aquí se revisa someramente su papel principal y único en la religión y en el arte. 

Nos quedamos en que nuestros hermanos musulmanes (sí, los que hoy están aborrecidos por todo el mundo debido a los atentados de terror y miedo, asesinatos que cometen como actos de terrorismo en todo el orbe) la aman más que nosotros mismos. Nuestros hermanos cristianos (no todos) la desprecian. 

Para ellos es la madre de Jesucristo. Sólo eso. 

¿No ha leído y estudiado El Corán? Se lo recomiendo. Le urjo a hacerlo. Casi todas las narraciones o capítulos del Corán (son llamados “Suras”) tienen sus paralelos bíblicos. ¿No lo sabe? Aquí desfilan Adán, Noé, Abrahán (el cual es mencionado alrededor de 70 veces, número cabalístico, claro, en 25 Suras diferentes. Tiene su propio Sura, es el 14), Ismael, Lot, José (igual, tiene su propio Sura, el 12), Moisés, Saúl, David, Salomón, Elías, Job y Jonás… Del Nuevo Testamento para nosotros, ellos deletrean a Zacarías, Juan el Bautista, al maestro Jesús (Isa) y a… María. Es tal la importancia de María (Maryam) para ellos, que le dedican su propio Sura, es el XIX. 

Los hermanos musulmanes y católicos la consideran santa entre todas las mujeres y el Corán cita el nombre de María (Maryam) más veces que la misma Biblia. María en el Corán, al igual que en la Biblia, fue elegida por Dios “sobre todas las mujeres del mundo” debido a su castidad y obediencia. Tanto en el Corán como en la Biblia, un ángel (¿Gabriel?) le anuncia su gestación, el embarazo de un niño (Jesús) en su vientre. En la Biblia, María da a luz en un pesebre y en compañía de José. En el Corán, da a luz sola, cobijada en una palmera del desierto. Aquí no existe José. Bakr Zaki Awad, decano de la Facultad de Teología en la Universidad Al Azhar, principal Universidad teológica en el Cairo, Egipto, ha dicho: “María es la más pura y virtuosa de todas las mujeres del universo”.

Los hermanos musulmanes la aman y veneran más que los cristianos. De hecho, María en la Biblia, sólo “habla” cuatro veces en el Nuevo Testamento. Su, digamos, discurso, sus palabras más largas son las que pronuncia en el Evangelio de Lucas, es lo que se conoce como el “Magníficat”, es decir, cuando inicia su embarazo: “Alaba mi alma la grandeza del Señor…”
 
Esquina-bajan
Es de tal tamaño su grandeza y poder, belleza y persuasión, que ha hecho lo siguiente. 

Lea por favor. Hay un poema de Jacopone da Todi (1230-1306), italiano él, el cual escribió un texto titulado “Stabat mater” (“Estaba la madre…”) En este texto se describe el terrible sufrimiento de la madre de Jesús, María, cuando el maestro estaba en la cruz a punto de expirar. El inicio del texto reza así en la clásica traducción de Lope de Vega: “La madre piadosa estaba/ Junto a la cruz y lloraba/ Mientras el Hijo pendía. / Cuya alma, triste y llorosa, / Traspasada y dolorosa/ Fiero cuchillo tenía…”

Sin duda, erizan la piel y el esqueleto. Su belleza plástica conmueve en todo el poema, pero aquí hay que llamar la atención en lo siguiente: este poema desde su creación y hasta nuestra época contemporánea, ha inspirado a más de 400 autores (compositores) para realizar igual número de musicalizaciones al respecto. Josquín Desprez (1500), Orlando di Lasso (1585), Antonio Vivaldi (1715), Pergolesi (1736), Joseph Haydn (1767)…

Hasta llegar a nuestros días con un compositor alabado por todos, el gran Arvo Pärt (1985). Las composiciones de Vivaldi, Rossini, Pergolesi y Boccherini, por ejemplo, están consideradas como las piezas sacras más importantes en la historia de la música culta… Inspiradas en la Virgen María.

¿Últimamente ha rezado el Rosario? Hay una parte fundamental que es la Letanía Lauretana, dirigida a la Virgen y a Jesús, la cual desde el Siglo 16 se ha venido complementando al día de hoy. Sus frases son una serie de elogios vivos, encendidos como flama, los cuales son las más bellas palabras que un hombre le ha dedicado a una mujer: “Madre de la divina gracia”, “Madre Inmaculada”, “Estrella del mar”, “Espejo de justicia”, “Trono de sabiduría”, “Puerta del cielo”, “Estrella de la mañana”… 

Letras minúsculas
¿Quiere usted levitar? Escuche las anteriores composiciones. El melómano Javier Salinas en la Mezquita que habita, tiene la mayoría. Ah.