Hablemos de Dios (4)

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Hablemos de Dios (4)

‘Jehová jiré’ es el primer nombre compuesto de dios que aparece en el antiguo testamento

Días duros. Siempre y luego de la bonanza de diciembre y su aguinaldo el cual nos quema las manos, viene la austeridad, le precariedad y muchas de las veces, la necesidad. No en todos, pero si en millones de familias mexicanas a las cuales no les alcanza (no nos alcanza) el salario mínimo para subsistir. El problema de México y de muchas naciones es la pobreza. Mientras unos pocos tienen mucho; millones no tienen acceso a lo básico. Ni un mendrugo de pan en ocasiones. Dice Lucas: “Más cuando hagas banquete, llama a los pobres…” (Lc. 14:13). Pocos lo hacen.

Y llamar a los pobres al banquete, no es darles sólo de comer un día, no. Absolutamente no señor lector. No es darles migajas del opulento banquete de los ricos y millonarios, es diseñar políticas públicas de largo alcance que posibiliten la generosa remuneración a cualquier mexicano para que éste viva dignamente. Es diseñar planes y proyectos de gestión y trabajo por parte de sus Senadores (Hilda Flores, por ejemplo) y Diputados (Armando Luna y Jericó Abramo Masso, por ejemplo), para que esto se convierta en acciones concretas del Ejecutivo nacional (Enrique Peña Nieto) y así, dar de comer a los pobres y menesterosos. Darnos de comer por y para siempre. No un solo día, como acostumbran dar la caridad. Combatir a la pobreza, situación que al día de hoy, estamos perdiendo.

¿Todo esto tiene qué ver con Dios? Claro que sí, siga leyendo, por favor.  ¿Recuerda usted lo siguiente? “Somos un país en donde pocos lo tienen todo y la mayoría carece de condiciones para el goce efectivo de sus derechos. Somos una nación que crece a dos velocidades. Hay un México de progreso y desarrollo, pero hay otro que vive en el atraso y la pobreza”. Son las palabras del primer discurso como Presidente de México de Enrique Peña Nieto en diciembre de 2012 donde admitió que somos en el país 53.3 millones de pobres. Lo reescribo, habíamos en ese año esa cifra de menesterosos. Tres años más tarde, según los datos de la Coneval,  hay 2 millones más de pobres; es decir, en tres años de gestión de Peña Nieto aumentaron los pobres y siguieron engordando su cartera los ricos, los pocos ricos. Hay 55.5 millones de pobres oficialmente. Es decir, uno de cada dos habitantes del País. Analistas independientes tasan y miden lo anterior entre 65 y 68 millones de hambrientos. La desigualdad como signo de identificación de un todo un país, una nación hambrienta.

Esquina-bajan
Días largos y  duros son estos donde sin ver un futuro, hemos gastado todo. Muchos de nosotros lo gastamos todo. ¿Hay solución? Amén de que usted le exija precisamente al gobernador Rubén Moreira trabajo y logros, de que le exija a Hilda Flores Escalera, a Jericó Abramo Masso, a Armando Luna, a Francisco Saracho, a Isidro López Villarreal, planes y acciones concretas de incentivos y planeación estratégica de negocios, nuevas empresas que paguen dignamente y, en fin, que se pongan a trabajar, así de sencillo, le tengo una buena noticia. Hay un Dios, el cual es el mismo y es diferente. No hay contradicción de por medio. De entre los varios nombres de Dios (digamos, su apellido) éste se llama Jehová Jiré (“el Señor mi proveedor”). 

¿Le digo algo lector? Este Dios no lo va a dejar, no lo va a desamparar en sus carencias. Jehová Jiré es el primer nombre compuesto de Jehová que se nombra o aparece en el Antiguo Testamento, específicamente en Génesis 22. Es cuando suple o soluciona todas las necesidades de Abraham. Pero, como a Abraham, Dios, Jehová Jiré, nos pide y nos exige no una fe estática, sino en movimiento. Hay que levantarse de mañana, enalbardar nuestro asno, nuestro caballo o nuestro transporte colectivo y entregar lo mejor de nosotros en holocausto: trabajo en honor de Dios (Génesis 22:3).

Este Dios proveedor es justo, bueno y magnánimo. Jehová Jiré se repite en varias ocasiones en la Biblia. No tengo todas las citas, imagino ha de haber más, pero le transcribo una: “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá, por tanto se dice hoy: en el monte de Jehová será provisto”. Génesis 22:14. Aparece también en Salmos 65:9, en Lucas 6:26 y luego en los versículos del 31 al 33. Así como Abraham, usted no dude ni un segundo que Dios lo proveerá de lo necesario pero, como el padre Abraham, usted tiene que buscarlo, perseguirlo, exigirle a sus autoridades no migajas, sino todo un banquete para usted y los suyos.

Letras minúsculas
“(Dios) dará también juntamente con la tentación la salida…” (1 Corintios 10:13). Lo que necesite, pídalo a Jehová Jiré: el Dios proveedor.