Hablemos de Dios 61

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Hablemos de Dios 61

La vida sigue. Se mueve azarosamente. ¿Azar o destino? Sin duda, ambas cosas. Pasan también cosas, digamos “curiosas”, para sujetarlo en precario corsé lo que a continuación voy a esbozar. En muchas ocasiones todo conspira para que usted avance en algún afán. Todo conspira, el mundo conspira a su alrededor para que usted, y de alguna manera, se haga de las piezas completas que le faltaban en el logro o consecución de un proyecto. Es decir, si usted anda(ba) tras el proyecto e instalación de una cafetería de corte minimalista, usted lo habrá notado que en su orbe cotidiano, y apenas sin buscarlo, aparecen piezas sueltas (mesas, sillas, la decoración, la cafetera profesional…), los proveedores adecuados y todo aquello que rodea su propósito: el mundo le acerca los trozos del puzle para completarlo. 

Pues esto me pasa con cierta frecuencia y regularidad en mi vida y en mis proyectos de escritura. La vida conspira y me acerca todo lo necesario. No lo busco y llegan. O como dicen en Chiapas, tierra mía y de mi hermano, don José Guerrero Esponda: lo busco, lo busco y no lo busco. Es decir, lo busco, lo busco y no lo encuentro (o lo encuentra, vaya). Y antes de entrar en materia, esbozo mis palabras de respeto: si usted es de los privilegiados a los cuales Dios les habla y el espíritu santo les sopla en su oído, le creo. Sea usted cristiano o católico. Pero al parecer, Dios habla y parla con mayor frecuencia con los hermanos cristianos. Al final usted va a leer lo que ya he esbozado en este espacio en anteriores ocasiones. Aquí voy.

La siguiente es una antología, azarosa y rápida, de fragmentos de autores cristiano y católicos, ciudadanos que han dejado su testimonio escrito donde dan cuenta de que Dios les dijo, Dios les mandó hacer, Dios les susurró al oído, Dios… etcétera. Los publico como han llegado azarosamente a mis ojos: “Cuando me quedó claro que iba a perder el avión, oré: ‘Señor, por favor, haz que ese vuelo se atrase de modo que cuando llegue al aeropuerto lo pueda tomar’. Cuando al fin pude llegar a donde despachaban a los pasajeros, observé muchas personas dispersas por todas partes. Con seguridad el vuelo había sido demorado…”. Texto de Bruce H. Wilkinson, considerado “uno de los más destacados maestros cristianos del mundo”. El siguiente texto es de Cindy Jacobs: “No podemos agradar a Dios y enredarnos en pecados sexuales, pornografía o películas llenas de cosas que afligen el corazón de Dios. Esto incluye películas de lenguaje corrupto o lenguaje obsceno. La próxima vez que usted vea una película ¿por qué no invita activamente a Jesús que se siente y la vea con usted?”.

ESQUINA-BAJAN
“En medio de nuestro agotamiento, cuando nos sentíamos como el salmista, abatidos y turbados (debilitados, agobiados, afligidos y llorando), el Señor nos habló que pusiéramos nuestra esperanza en él porque él estaba con nosotros…”: texto de Leslyn Musch. A Sally Horton, según su testimonio y en varias situaciones terribles y dramáticas, no menos de tres, el Señor le dijo textualmente: “tú puedes elegir la paz”. Ignoro, y ella no lo aclara, si fue por WhatsApp, Facebook o Twitter. O de plano, se tomó un café con ella y se lo dijo así, textual y con palabra viva. 

El siguiente párrafo es transcripción exacta de Barbara Wentroble, es parte de la “Biblia para mujeres de propósito”, de editorial Nelson en edición de 2008: “Cada mujer de éxito pasa por tiempos de sequedad. Cuando eso sucede, nos sentimos generalmente confundidos por el silencio de Dios. ¿Dónde está Dios en medio de todo esto? ¿Sentiré de nuevo su presencia? ¿Está enojado conmigo? Me siento fracasado. 

¿Por qué no puedo escuchar la voz de Dios? Día tras día las preguntas permanecen sin respuestas. Uno ansía dejar el desierto y experimentar el río refrescante de Dios”.
No, señor lector, con todo respeto, en este Dios y espíritu santo que retrasa vuelos de avión, por capricho y arbitrio del suplicante que va tarde al aeropuerto, no creo un ápice; no creo en ese Jesucristo que come palomitas con usted, sólo para que le compruebe lo jodido y podrido que está el mundo sin su presencia. No creo en este Jesucristo que acepta ir al cine con sólo invitarle. Al momento de estar cansados, afligidos y agotados, no creo en este Dios que habla a la menor palabra deletreada de parte de nosotros. En este Dios que habla a siete personas y con mucha recurrencia, vaya, y se le ocultó a más de 6 millones de judíos sacrificados en la Segunda Guerra Mundial, no creo… Le voy a hacer una pregunta: dígame usted, descríbame usted el rostro del maestro Jesucristo (¡el de Dios son palabras mayores!). No hay una sola palabra en la Biblia que le dibuje… nada. Como lo hemos explorado ya antes. ¿Voz de Dios en su oído? ¿Alucinación, sueños, vigilia, insomnio? 

LETRAS MINÚSCULAS
Hay un libro completo de un hombre que le hizo preguntas a Dios y recibió respuesta en sueños: Jacobo Halvi, perteneció al hassidismo en el siglo 13. Su libro es “Mensajes Celestiales”. 

No creo en este Jesucristo que acepta ir al cine con sólo invitarle (...) En este Dios que habla a siete personas y se le ocultó a más de 6 millones de judíos sacrificados en la Segunda Guerra Mundial