Hágalo ‘a pesar de...’

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Hágalo ‘a pesar de...’

Fotos: Especial
Sólo el que hace el trabajo puede equivocarse, y sólo el que se equivoca puede mejorar

Cada vez que fallan en algo, muchas personas tienen una magnifica disculpa, pero eso es de gente mediocre. El mediocre busca instintivamente una justificación para su fracaso y, por supuesto, siempre hace el papel de víctima.

El que hace el trabajo siempre es parte de los resultados, ya sea que las cosas salgan bien o mal. Pero el que hace el trabajo es el único que puede triunfar. 

El perdedor prefiere no meterse en problemas.

El triunfador siempre tiene un proyecto, el perdedor siempre tiene una excusa.

El triunfador dice: “Es difícil, pero es posible; el perdedor dice: “Puede que sea posible, pero es demasiado difícil”.

Para triunfar usted tiene que hacer ‘lo que le corresponde’; en vez de buscar razones para demostrar que hay cosas muy difíciles de realizar.

El fracaso tiene mil excusas, el éxito no requiere explicación.

Aquí está el secreto

Pregúntese: ¿Lo contrataron para eludir los problemas o para resolverlos? Si desea que su vida se mantenga en ascenso, aquí tiene el secreto:
Usted tiene que resolver lo que le corresponde.

Si no le gustan los problemas, también hay una receta para eso: renuncie, así ya no tendrá que preocuparse por el trabajo, ni por la crisis.

Los problemas son los retos de la excelencia, son la materia prima que justifica la presencia de la gente en cualquier organización. Es a través de la solución de problemas que la gente se vuelve triunfadora —en la empresa, en la familia y en la nación.

Las circunstancias no ‘se dan’. Usted tiene que ‘hacerlo’ a pesar de lo que diga su jefe, a pesar de lo que piense su esposa, a pesar de la crisis y a pesar de que haya pocos recursos.

Haga lo que tiene que hacer ‘a pesar de…’. Póngale un sello triunfador a los problemas, no espere que las cosas se resuelvan por sí solas.  ¡Sea usted el que haga que se resuelvan! Y ponga su sello de excelencia en todo lo que realice. Ya que así es como se hace un triunfador.

La mayoría de la gente no sabe a dónde va y por lo tanto no sabe cuándo ha llegado. 

No sea conformista

Hay otros que se han pasado la vida resolviéndole problemas a los demás , y de esa manera es muy difícil saber cuánto se ha logrado. 

Los que viven de esa manera sólo esperan que llegue el día de mañana para ver si el destino les trae lo que anhelan, algo que ni ellos mismos han sabido definir.

El que vive de esa manera ha renunciado a todo esfuerzo, y se ha instalado en el paraíso de la mediocridad. 

Esa forma de ser se llama conformidad. La diferencia entre los triunfadores y los conformistas se puede ver en que los primeros siempre tuvieron claras sus propias metas. De esta manera, la filosofía que adoptaron para vivir y las acciones que realizaron, estaban dirigidas a un propósito muy bien definido.

Lo que guía a los líderes

Cuando uno sabe lo que quiere, el rumbo puede corregirse y lo realizado puede mejorarse. Pero cuando uno no sabe lo que quiere no hay nada que se pueda hacer para corregir ni para mejorar.

Al abordar los secretos de los líderes de excelencia, uno debe preguntarse, ¿qué fue lo que los impulsó?, ¿por qué sus vidas fueron tan fructíferas? ¿cuál fue la razón de su entrega?

Más allá de cualquier limitación (prisión, persecución, humillación o infortunio) es posible encontrar un común denominador en todos los líderes: ellos tenían una meta: un sueño tan poderoso que los desafió a vencer lo imposible para lograrlo.

Los sueños son el energético más importante del ser humano. Pero los sueños de nada sirven si no se busca su realización con acciones concretas.

La expresión real de los sueños son las acciones, es cuando revelamos la auténtica naturaleza de nuestras tensiones. Es cuando nuestras fortalezas y debilidades se someten a prueba.

No se atore

Imagine a la gente que no tiene un propósito como alguien que toma un velero y se hace a la mar sin saber hacia dónde se dirige. El lugar al que llegue le podrá parecer interesante o se lamentaría si no es de su agrado.

Esto es lo que sucede con la gran mayoría de las personas: para ir en busca de su destino se ponen en manos de las circunstancias. En consecuencia, no están preparadas para ser felices, sólo improvisan su diario vivir.

Haga una prueba: póngase una meta y dedíquese a cumplirla. No siempre será fácil porque en esta vida uno puede encontrar desde alicientes hasta infortunios, pero de eso se trata, de ganar experiencia, de enfrentarse a lo que venga con tal de lograr lo que uno quiere. Esto –dedicarse a buscar lo que uno quiere—es lo que nos hace humanos.

Cuando uno sabe lo que quiere, logra convertir la adversidad en oportunidad. 

Si no le gustan los problemas, renuncie, así no tendrá que preocuparse por los resultados de lo que haga.

Elementos de la riqueza

Las personas más ricas del mundo no heredaron lo que tienen, sino que lo ganaron con sus habilidades y el sudor de su frente.

La mayoría de los ricos no hizo su fortuna debido a la familia en la que nacieron, ni tampoco porque se ganaron la lotería. La mayoría de la gente rica es aquella que hizo las cosas de manera diferente, pensó diferente y desarrolló hábitos diferentes.

El elemento principal

Entonces, ¿con sólo cambiar ciertos hábitos podemos volvernos ricos? 

No. Decir que con sólo seguir ciertos hábitos nos volveremos ricos sería simplificar y desvirtuar la realidad. 

Pero a veces es necesario cambiar ciertos hábitos a fin de iniciar un contacto más cercano con la prosperidad.

El comienzo

Los más ricos amasaron sus fortunas al emprender un pequeño negocio y hacerlo crecer. Pero los emprendedores no sólo se animaron a emprender, sino que supieron gestionar su dinero y lo hicieron crecer. De aquí que sea verdaderamente importante cambiar los hábitos respecto al dinero.

Los ricos tienen la costumbre de hacer una lista de las cosas que van a llevar a cabo durante la semana; se levantan tres horas antes de irse a trabajar; se enteran de las noticias del día a través de los diarios y la tele, se alimentan de manera variada y se ejercitan 40 minutos al día. 

En fin, se pueden dar muchos consejos sobre cómo buscar la acumulación de riqueza. Pero no hay que perder de vista que el sistema está diseñado justamente para que los ricos se vuelvan más ricos y los pobres más pobres.

Por ejemplo, en países como el nuestro la acumulación de riqueza y de poder son dos elementos que van de la mano. Esos son los vicios del sistema, y son difíciles de romper. Pero esa no es una vía recomendable para enriquecerse. Para hacerse rico y crear riqueza que nos permita lograr un país más noble, no queda más remedio que levantarse temprano y ponerse a trabajar.