Japón asombra a Colombia y saca los primeros tres puntos del Grupo H

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Japón asombra a Colombia y saca los primeros tres puntos del Grupo H

AP
El cuadro nipón aprobó su examen ante los cafetaleros gracias a sus estrellas Shinji Kagawa y Keisuke Honda

Japón oscureció el panorama de Colombia en Rusia 2018 después de imponerse en Sarank por primera vez en su historia (1-2), y dejar al conjunto sudamericano con escaso margen de error para progresar en el Mundial.

El gol de Japón llegó gracias a Shinji Kagawa. Disparó a gol pero en el camino se interpuso el brazo de Carlos Sánchez. El árbitro, el esloveno Damir Skovina lo vio. Señaló penalti y expulsó al mediocentro del Espanyol.

No falló Kawaga desde los once metros. El volante del Borussia Dortmund puso a Japón por delante.

Después, vino el gol de Colombia.

Todo falló en el cuadro de Nishino. La barrera se colocó mal y saltó por anticipado. Juan Quintero estuvo vivo. Lanzó raso, pegado al palo. Y el meta oriental Elij Kawashima se tragó el balón. Disimuló el portero del Maguncia con la pelota en las manos. No hacía falta el VAR ni el ojo de halcón. Había rebasado la línea de forma clara.

A falta de media hora llegó el momento de James. El exjugador del Real Madrid salió al rescate de Colombia, que empezaba a acusar el esfuerzo de jugar en inferioridad. Ocupó el lugar de Quintero. Su entrada reactivó al resto y también a la grada.

Buscó un efecto similar Nishino y recurrió a Keisuke Honda. Nada comparable en calidad. Pero para Japón generador de su imagen en el extranjero.

El resultado fue inmediato. El futbolista actualmente en el Pachuca mexicano ejecutó un córner. Era el primer balón que tocaba Honda, que puso el centro en la cabeza de Osako para llevarlo a la red y adelantar a Japón, que hacía trizas a su rival por la banda derecha. Genki Haraguchi dejó en evidencia más de una vez a Johan Mojica y a Jose Izquierdo, encargados de ese ala.

A la desesperada buscó el empate Colombia, que plagó de responsabilidad a James. Colgó balones y también a Calos Bacca, que había salido antes del segundo gol nipón, cuando Pekerman aún confiaba en la victoria.