A una semana de la elección se registra empate técnico entre Guillermo Anaya de la alianza encabezada por el PAN y Miguel Riquelme de la alianza del PRI, según revela la encuesta estatal en viviendas BGC-Excélsior, levantada entre el 25 y 29 de mayo.

En efecto, el panista Guillermo Anaya obtiene 36 por ciento de las preferencias efectivas contra 35 por ciento para el priista Miguel Riquelme, según el modelo de votantes probables y solidez de la intención de voto. Armando Guadiana, de Morena, alcanza 18 por ciento, y el independiente Javier Guerrero, siete por ciento.

El respaldo de los candidatos opositores al PRI proviene principalmente de los votantes que no se autoidentifican con ningún partido, quienes constituyen 38 por ciento de los electores, ya que sólo 17 por ciento se considera panista y seis por ciento se define como simpatizante de Morena. En cambio, 31 por ciento  de los votantes potenciales se dice priista.

La amplia mayoría de la población identifica a Miguel Riquelme (87 por ciento) y a Guillermo Anaya (81 por ciento); sin embargo, las opiniones sobre el candidato panista son mejores, en promedio, que las de su contrincante priista.

En efecto, los juicios sobre Anaya se dividen principalmente entre positivos y regulares, en tanto que sobre Riquelme tienden a ser más controvertidos.

El morenista Armando Guadiana es conocido por solamente la mitad de los electores y el independiente Javier Guerrero es recordado por 29 por ciento de la población; ambos candidatos causan una impresión entre favorable y regular entre quienes los conocen. El resto de los candidatos cuenta con una presencia más marginal.

Pese a que la imagen de Guillermo Anaya es mejor en promedio que la de Miguel Riquelme, al candidato priista se le tiende a percibir mejor en términos de atributos, especialmente en experiencia para gobernar, cercanía a la gente y capacidad para resolver los problemas del estado. En opción de cambio y honradez hay menor diferencia entre ambos candidatos, en términos de quién representa mejor esos atributos.

Los niveles de popularidad del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Rubén Moreira se encuentran en niveles bajos, con porcentajes de sólo 26 por ciento y 29 por ciento, respectivamente. Esto afectará seguramente al Partido Revolucionario Institucional en la próxima elección.