Héroes de bulbos, héroes ninis

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Héroes de bulbos, héroes ninis

Mi abuelo Giuseppe me inculcó desde muy chico el amor por el fútbol, deporte que él y unos amigos practicarían y promoverían a través de la primera liga formal de Saltillo. Fue mi abuelo quien me insistió que la pierna izquierda también juega, dedicando innumerables sesiones –que parecían eternas– a verme patear con el pie izquierdo. Con él debo haber visto en la televisión cientos de partidos de fútbol, lo que fue por muchos años uno de los momentos favoritos de mi semana. Mi recuerdo más antiguo relacionado a la televisión es la final de la copa mundial de Argentina, hace casi 41 años, la cual vimos en la sala de la casa de mi abuelo en una televisión que me parecía gigantesca. Era una televisión de bulbos que tomaba mucho tiempo en encender. Para los de 20 años y menos, les comento que también servía para poner la charola con botana y refrescos encima. Y que los menores de 10 años en aquellas épocas éramos una especie de control remoto humano. Afortunadamente no había muchos canales, lo cual facilitaba mucho ese trabajo “voluntario”.

Me viene a la mente la televisión de bulbos a raíz de múltiples comentarios en redes sociales de comentaristas, conocidos y amigos acerca de un reciente tuit del historiador y escritor Héctor Aguilar Camín, que dice –con razón, creo yo– que “los errores del pasado no justifican los errores del presente”, en aparente alusión a la idea de que el presidente Andrés Manuel López Obrador frecuentemente se justifica diciendo que los de antes le dejaron un cochinero o un País quebrado, o que los apologistas de AMLO son incapaces de ver algo malo en sus acciones porque los de antes lo hicieron peor, convirtiendo la efectividad del gobierno en un relativismo interminable y hueco. Tienen razón quienes exigen que el gobierno en turno actúe y ejecute sus planes sin pensar que, porque los otros lo hicieron mal, es justificado volver a hacerlo mal o peor.

Donde no estoy de acuerdo es en querer exigir ciega y ferozmente al gobierno en turno y señalar todos los errores que ni siquiera aún sabemos que serán errores, solamente porque las cosas se hacían distinto antes y no nos gustan las formas del gobierno actual. Tampoco estoy de acuerdo en borrar de nuestra memoria lo que otras administraciones hicieron mal, para poder exigir más a AMLO y su 4T, y ponerlos constantemente en cuenta llena (tres bolas y dos strikes, como en el béisbol). Esto parece más injusto (y hasta inútil) cuando quienes quieren todo bien y de inmediato, de parte de AMLO y los suyos, son quienes no votaron por él, quienes no lo apoyan hoy, quienes piden incluso su renuncia, pero sobre todo quienes le siguen haciendo el caldo gordo a los héroes de bulbos del pasado.

¿Qué es un héroe de bulbos? Aquí es donde traigo a este párrafo la referencia de los televisores de bulbos. Para mí son héroes de bulbos aquellos que cuando pudieron y debieron, no quisieron o supieron, quienes ahora tienen –tarde– todas las respuestas. Si pudiéramos viajar en el tiempo, México tendría un lugar entre los países del primer mundo enviando de regreso a sus respectivos sexenios a exfuncionarios de primer nivel y expresidentes de administraciones anteriores, con las ideas y soluciones que hoy tienen para los problemas del País, pero que cuando les tocó estar a cargo no las tenían claras o no estuvieron dispuestos a implementarlas.

Con nuestra máquina del tiempo enviaríamos a Vicente Fox, a Felipe Calderón o a Javier Lozano (por nombrar a algunos; y conste que yo voté por los dos primeros) de 2019 directo al año 2000 o 2006, para que entonces sí pusieran en práctica esas ideas que les vinieron a la mente con velocidad de televisión de bulbos y que hubiesen sido tan exitosas cuando ellos tenían el poder y la chequera. Son básicamente unos héroes ninis: ni quisieron, ni supieron.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com