La pre candidata demócrata Hillary Clinton se distanció del presidente Barack Obama a raíz de la nueva política presidencial de conducir una serie de polémicas redadas para detener y deportar a familias de inmigrantes indocumentados centroamericanos.

“Nuestros esfuerzos para aplicar la ley de inmigración deben ser apropiados y humanos, es por eso que las redadas que se están llevando a cabo en las comunidades inmigrantes deben de parar”, señaló Clinton en una postura distribuida por su campaña presidencial.

"Las redadas han sembrado miedo y división entre las comunidades inmigrantes de todo el país. La gente tiene miedo de ir a trabajar. Tienen miedo de enviar a sus hijos a la escuela. Tienen miedo de ir al hospital e incluso de ir la tienda”, remató.

Al menos 121 menores de edad y adultos fueron detenidos en redadas ejecutadas por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) por ignorar alguna etapa de su proceso migratorio y llevados a centros de retención en Texas.

Pero un creciente número de demócratas ha repudiado las redadas migratorias contra familias centroamericanas y emplazó al presidente Obama a enmendar su política de infundir miedo para disuadir a indocumentados, así como a darles una audiencia justa a quienes presenten solicitudes de asilo.

En este marco, Hillary Clinton presentó su plan para lidiar con el tema de los migrantes centroamericanos que incluye la creación de una “coalición regional” para abordar el problema de manera integral y ofrecer soluciones duraderas.

Su propuesta incluye poner un alto inmediato a las redadas y asegurar un abogado para todos los menores no acompañados durante su proceso judicial de inmigración financiado por el gobierno.

"Los niños no deberían de tener que defenderse en un proceso de deportación sin la ayuda de un abogado”, sostuvo su campaña.

Clinton planteó igualmente reformar los de asilo y refugiados de manera más amplia, para que todas las personas que huyen de la persecución tengan una oportunidad plena y justa para contar sus historias.

Para ellos propuso un aumento de los recursos para los oficiales de asilo, traductores, y los jueces de inmigración, así como el fortalecimiento de los sistemas de procesamiento en el país de origen que la Administración puso en marcha en Centroamérica.

Finalmente planteó tomar medidas concisas en contra de las organizaciones criminales a través de acciones conjuntas con socios regionales para fortalecer las condiciones en Centroamérica e invertir en el desarrollo económico sostenido.

Además, sostuvo que el Congreso tiene que hacer su parte para financiar en su totalidad la petición del Presidente para la asistencia a esta región de mil millones de dólares.