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Una de las características que hace más carismáticas, aceptadas y por lo mismo, más exitosas a las personas no es la belleza física, la elocuencia o la inteligencia. Es la congurencia. Actuar de acuerdo a lo que se piensa y a lo que se dice hace digno de confianza a cualquiera. Esto no quiere decir que las personas todas deban pensar de la misma manera o que una persona congruente deba someterse a los modos, usos y costumbres de la mayoría. Se trata de ser y hacer lo que uno cree es lo correcto según los propios pensamientos, entorno y vivencias.
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Sin embargo, vemos por allí a algunas celebridades que tienen todo en la vida, menos congruencia. Yuridia Valenzuela Canseco quien el próximo mes de enero cumple 54 años de edad y es conocida, desde su adolescencia, como cantante con el nombre de Yuri, nos muestra que tiene una de las voces más espectaculares del medio artístico mexicano pero aparentemente la congruencia no forma parte del repertorio de sus cualidades personales. En los últimos días se ha mostrado intolerante e iracunda, dejando claro que le falta empatía con el público que la adora.
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¿Pues qué no se ha ostentado desde hace más de 20 años como cristiana? Se supone que aquellos que practican esa religión creen en el amor al prójimo y la armonía entre todos los seres humanos. ¿Dónde ha estado la congruencia de Yuri en los últimos tiempos? Primero declaró en un programa de entrevistas en los Estados Unidos que está en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Con una expresión sabihonda en el rostro dijo “No soy homofóbica…pero en mi instructivo de vida dice: hombre y mujer.”
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Y todavía le siguió, muy segura de sí misma: “Estoy rodeada…la mayoría de la gente que trabaja conmigo, soy gays… los amo profundamente”. Sólo habría que aclararle a la jarocha que el hecho de que los haya contratado para que la sirvan no es una “prueba de amor” hacia ellos. Por si esta soberbia para juzgar a sus semejantes fuera poco, días después durante una presentación que ella tuvo en el estado de Guanajuato, tuvo una colérica reacción contra el público que la abucheaba mientras el alcalde de Salamanca le entregaba un reconocimiento “por su apoyo a las familias…”.
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“Les pido de favor que tomen silencio…es mi show ¡es mi escenario! Les pido que, por favor, sean respetuosos. Por favor ¡edúquense!” E inmediatamente después, hasta se deslindó de las autoridades que la habían contratado y quienes le estaban haciendo un homenaje en ese preciso instante. “Aquí no tiene que ver nada el gobierno conmigo”, gritó enojadísima a quienes habían acudido a verla cantar, personas que, en todo caso, la tienen en el lugar que está y que estaban señalado la incongruencia de la cantante al aceptar ser homenajeada por su “apoyo a las familias” siendo que ella sólo está a favor de “cierto tipo de familias”. Estos son, sin duda, malos tiempos para la intérprete de Tiempos mejores.
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Y tampoco son buenos tiempos para las familias homoparentales porque, hubo otra mujer que también se trepó a esta reciente histeria homofóbica y vomitó frases mucho más crueles que Yuri. Se trató de la actriz Laura Zapata quien declaró con un desparpajo abrumador que, debido a que las parejas homosexuales no pueden concebir de manera natural, lo aconsejable es que adopten animales. “Pueden adoptar perritos, gatitos, pajaritos, pececitos ¿no? ¡periquitos!”. La falta de piedad que este par de famosas ha mostrado no solo afecta a las parejas del mismo sexo, sino a los niños abandonados que necesitan alguien que los quiera y los eduque.
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A ver qué piensa de las declaraciones de Laura Zapata su hija Thalía ¡perdón! quiero decir su “hermana”. Por supuesto que muchas otras celebridades aprovecharon el momento para reprobar las declaraciones de Yuri y la Zapata, entre ellas Galilea Montijo y Andrea Legarreta. Al final de cuentas, de todo este circo, surge una verdad absoluta: en el futuro las discusiones sobre familias homoparentales serán vistas como algo sumamente absurdo y reprobable, del mismo modo que ahora vemos aquellos tiempos cuando los negros no podían viajar en el mismo autobús que los blancos.