Enrique Aldape vive en la calle, pero el frío que llegó lo hizo acudir al albergue de la Cruz Roja para refugiarse, no tiene familia, bueno un día la tuvo, pero se acabó, ahora sobrevive de las monedas que la gente le da o de la piedad de una iglesia.

“Yo no tengo casa, yo ando en la calle, pero de pronto se dejó venir el frío, pedí raid al de la combi y llegué aquí, me pidieron el nombre me pasaron aquí, me bañé y me dijeron que no me saliera del cuarto, que me portara bien”.

Cada noche Enrique va a la calle de Abasolo que se ha convertido en su hogar. “Allá por Abasolo me espero a que cierren los locales y ahí me tiro y me echo unos cartones, ahí paso la noche, quiero ver si de vez en cuando me dan permiso de quedarme aquí, aunque sea a veces, aunque no haga frío”.

Antes él vivía con su familia, pero dice que se separaron, no quiso contar qué los separó, pero dice que cada quien se fue a hacer su vida, él se dedicaba a ser ayudante de carpintería, pero desde hace un año y medio ya no hace nada de eso y se ha dedicado a vivir en la calle.

“Antes yo si tenía familia, pero nos separamos, entregamos la casa y ya cada quien se fue por su lado, pero no les quiero pedir nada”.

Enrique ruega para que ya no haga frío y salga el sol pues quiere salir, aunque también le gustaría tener un lugar fijo en donde dormir.