Homo Videns y la política teledirigida

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Homo Videns y la política teledirigida

“Saber de política es importante  aunque a muchos no les importe, porque la política condiciona toda nuestra vida y nuestra convivencia…”

Giovanni Sartori.

 

Los Sistemas Democráticos Contemporáneos se organizan bajo el sistema de la representatividad en donde con frecuencia han definido a la Democracia como un gobierno de opinión. El pueblo opina sobre cosas que generalmente son de interés común y en ese sentido, las decisiones de elegir a nuestros gobernantes, suelen ser en base a una idea difundida, en donde la gran mayoría de las veces se ve influenciada mediáticamente por un instrumento al servicio de los detentadores del poder: la televisión.

Actualmente la ciudadanía opina en función de ¿cómo? la televisión le induce a opinar y de ¿Qué? es lo que quiere transmitir, es por ello que la imagen _la envoltura y que casi nunca de nada sirve_ hoy en día, juega un papel crucial en la política contemporánea. La política teledirigida condiciona la elección de sus candidatos, el proceso electoral y la forma de vencer.

Pero, al día de hoy, el poder de la televisión ya se vio rebasada y, actúan de manera casi exacta, las redes sociales que, inclusive forman parte del espectro del marketing y difusión de un Partido Político o de un candidato a elección popular. Lo dicho, de la misma manera se induce lo que se quiere vender, se convence por medio de la seducción cibernética.

El que vivamos en un mundo inmerso no solamente por la Televisión, sino también por las Tecnologías de la Información, no necesariamente significa un avance en la sociedad. Ciertamente al reemplazar la capacidad de abstracción que posee la lectura, nos reduce la capacidad de discernimiento, nos reduce nuestra capacidad de elección a imágenes pre-configuradas y a información previamente seleccionada. La televisión ha acabado con las ideas abstractas, claras y distintas. En esa nebulosa de ignorancia vivimos así en sociedad, en donde detentar el poder para unos cuantos, se vuelve una tarea más fácil. Jugar con la ignorancia y la necesidad suele ser muy rentable para la política.

¿Qué significa hablar de todo esto?. La Democracia es el gobierno de las opiniones y en un sentido estricto es el poder del pueblo; sin embargo, este poder debe de ser transferido a nuestros representantes, ellos que en un principio fueron candidatos de un Partido Político y ofertaron sus alternativas de solución ante problemas que aquejan a la mayoría o en otro sentido, candidatos fabricados con imágenes atractivas y pegajosas,  que inducen al ciudadano que conoce las ideas a medias: se  impone una imagen y solo eso, es lo que hay, porque la sociedad crece sin capacidad de abstracción. La realidad hoy en día, nos obliga a entender el nuevo ordenamiento social, económico y político, y también a exigir a que, quienes se ofertan en el sistema de Partidos planteen soluciones a las ciudades y a los individuos. Si un político no plantea propuestas de solución para la democracia, justicia, legalidad, libertad, igualdad, derechos, legitimidad, desarrollo, felicidad… entre otros, no tiene cabida como candidato a representarnos.

Mas allá de la contaminación visual y de las redes sociales, las sociedades actuales nos obligan a adecuarnos a los nuevos tiempos de la era digital y de las herramientas de la mercadotecnia política. Busquemos en los candidatos sus acciones y propuestas, no “discursos emancipadores y vacíos”, si queremos ser verdaderos hombres sociales y políticos debemos entender el antes, el después, la causa y el efecto. 

Abraham Alvarez Ramírez.

@abraham_AAR