Podría decirse que la mayor parte del camino, rumbo a la candidatura del PRI al Gobierno de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme la pasó sin contratiempos y dedicado a construirla. Las siguientes dos semanas serán decisivas, pero aún de mayor trascendencia será lo que los militantes y simpatizantes priístas expresen en las urnas, en caso de llegar a la consulta interna, como se ha previsto en el método de selección de candidato que escogió el Consejo Político Estatal. Riquelme continúa haciendo labor con las bases, con aquellos que decidirán sobre el candidato del PRI.

El discurso de Isidro López es armonioso, no de choque ni confrontación, diciendo lo que Coahuila necesita, sin llegar a convertirse en juzgador, como algunos de los otros cinco aspirantes del PAN a la candidatura. Tras dejar el Ayuntamiento de Saltillo, “Chilo” ha emprendido una gira por la entidad, precisamente para decir que va por la candidatura de su partido, y que sin dejar de lado los problemas de Coahuila, les haría frente. Esta es la última fase del iniciado proceso interno del PAN para obtener a su gallo. Cualquiera pensaría que ninguno debería aflojar el paso, pero sólo López se puso a trabajar.

El último día que el Código Electoral de Coahuila marca para que un funcionario se separe de su cargo, Hilda Flores dio la sorpresa al anunciar que había solicitado licencia como Senadora. Del resto de quienes habían levantado la mano ya no se supo nada, de tal manera que en el tricolor todos piensan que, de darse una contienda interna, los únicos en participar serían Hilda y Riquelme. De ellos dos, los militantes y simpatizantes del PRI tendrían para escoger un candidato para el 4 de junio próximo. La decisión de la senadora puso a pensar a quienes tienen la decisión con su voto.

Todo hace indicar que Javier Guerrero no dará marcha atrás, aunque por ahora no ha mostrado aún el músculo político totalmente y tampoco sus fortalezas en lo que se refiere a estructura. En redes sociales, Javier ya se identifica como aspirante independiente a la gubernatura. De hecho en redes sociales, y sin mencionar a qué orden de Gobierno se refería, ha criticado la represión de los manifestantes y el hecho de no anteponer el diálogo. Sin embargo, estas críticas no han sido capitalizadas de manera total ni en redes sociales ni en medios, ante el estilo que tiene Javier.

En los últimos días, Luis Fernando Salazar, logró enfilarse en los medios de comunicación para abrir espacios de promoción. Pero lo “opinólogo” sobra, más cuando el país está de cabeza. Luis Fernando tuvo su mejor jugada cuando los senadores lo apoyaron y luego en un segundo esfuerzo, cuando los gobernadores panistas le hicieron videos diciendo que era el bueno, pero de ahí en adelante es la misma tónica que Guillermo Anaya. Entran en un sector de la población, pero no dan un discurso para todos, sin que esté sesgado por el interés –legítimo- de ganar sólo reflectores.

Guillermo Anaya ha utilizado diversas estrategias, pero a ninguna le ha dedicado tanto tiempo como a la crítica al actual Gobierno Estatal. Seguramente, sus estrategas le habrán dicho que esto le funciona, pero también tiene un límite en la opinión pública. Los hechos de corrupción abundan y estarlos machacando un día y otro también hacen que el ciudadano pierda interés. Si el objetivo central de Anaya es conseguir la candidatura, la meta se le perdió de vista, porque no se ha visto un repunte. Anaya es el político lagunero con más seguidores, pero en otras regiones debe tener mayor presencia.

Desde que inició su posicionamiento mediático con Claridad y Participación Ciudadana, Armando Guadiana ha tenido aciertos en sus temas, sobre todo porque van en defensa de los ciudadanos. Su más reciente exposición a medios fue un amparo que le ganaron dos asociaciones civiles vinculadas a Guadiana, a Aguas de Saltillo, para restablecer el servicio a una familia que no había pagado. Además las visitas de Andrés Manuel López Obrador lo hacen ver como contendiente serio, que arrastrará voto de un sector ciudadano, también inconforme. Guadiana va despacio, pero a paso seguro.

Ya con Héctor Arocha en los controles de la Presidencia Municipal, el alcalde con licencia de Ciudad Acuña, Lenin Pérez, diseña la estrategia para seguir vigente de aquí a la etapa de campaña, porque la gente olvida pronto. Si bien es cierto que la candidatura por parte de la Unidad Democrática de Coahuila la tiene asegura, el voto de no militantes es difícil de conseguir, eso sólo se logra con el convencimiento de la gente de la oferta política, en teoría. Pero Lenin fuera del Ayuntamiento de Acuña requiere de una bandera para ondearla de todo el Estado, y parece que no podrá por la vía libre.