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¿Ignorantes o maleantes?
Empiezo ésta 2ª parte de mi artículo del 30 de diciembre del año pasado (Cámaras de la IP son obsoletas; capitanes de industria lo saben) con el apunte que me envió un empresario de Monclova líder nacional en la construcción de defensas para plataformas Marinas y Sistemas de Atraque:
Abro comillas: “En tu artículo te faltó mencionar que las cámaras también han servido para que sus líderes y sus funcionarios agarren hueso en los gobiernos.
Aquí en Monclova descaradamente pasan de ser paladines defensores de la industria y el comercio, a funcionarios de gobiernos municipales y estatales, también se da el caso de que después de ser funcionarios de gobierno regresen a las cámaras”.
Como diría mi abuela la financiera: “Háganme ustedes el refabrón cavor”.
Ahora sí, les sigo platicando sobre una de las más importantes derivaciones del gobierno de la 4T en perjuicio de la IP, y los “líderes” de los organismos cúpulas ni sus luces:
Por más que pregunté a los responsables de las áreas de finanzas de empresas públicas manufactureras, maquiladoras, hoteleras y hospitales, nadie me quiso decir el volumen de pérdida que registrarán sus reportes a la Bolsa Mexicana de Valores al cierre del 2019, debido a la tarifa de 1.9631 pesos por kilowatt que tendrán qué pagar; 20 centavos más de lo que habían planeado.
A las automotrices, vidrieras y cementeras les irá cualquier cosita mejor: tendrán qué pagar 19 centavos arriba de sus estimaciones.
Lo que sí me dijeron algunos -aquí en confianza- fue que Manuel Bartlett, el político resucitado por MALO de ya mero 83 años y hoy de moda por lo que ya saben de su pareja, concubina u lo que sea, no tiene qué ser un experto en materia energética para que la Comisión Reguladora de Energía castigue al sector productivo más rentable de México, con una tarifa así de cara.
Los organismos intermedios de la IP afiliados al Consejo Coordinador Empresarial, que preside Carlos Salazar Lomelín, se llevaron el susto de su vida porque durante todo el 2019 se mantuvo la misma metodología para calcular los costos de luz al 10% de los usuarios, conformado por los sectores arriba mencionados.
El 90% de los consumidores de energía eléctrica no resintieron tal castigo, pero aunque son muchísimos más en volumen, no lo son en niveles de facturación, porque se trata de usuarios domésticos residenciales y agrícolas.
La medida fue totalmente populista -porque ¿qué otra cosa podría esperarse de un gobierno populista?- e hizo bailar con la más fea a las empresas que requieren la energía eléctrica con una potencia mayor, o sea, las automotrices, vidrieras, acereras y cementeras, casualmente las que son más intensivas en mano de obra.
La CRE va contra los presupuestos planeados en octubre por las empresas, para ser ejercidos durante el 2020.
Por eso les digo que no sé de ´donde sacan el presidente de Caintra NL, Adrián Sada Cueva, y su escudero Dillon, que en el 2020 se abrirán de par en par las puertas del paraíso para los industriales mexicanos. “¿Pues en qué mundo viven éstos?”, se pregunta la irreverente de mi Gaby.
Analistas financieros del sector privado, agrupados en Caintra, Canacintra, Concamín y otras confederaciones y cámaras, habían apostado a una nueva fórmula menos cara, cuyo diseño fue encargado a una consultora internacional que trabajó varios meses con los técnicos de CFE y de la CRE.
Buscaban que sus pagos de energía se redujeran por lo menos un 10% y resultó que no fue así, lo cual tendrá un efecto de dominó en la cadena de suministros que inevitablemente tocan la puerta –o más bien, la mesa- del último consumidor.
De hecho, las acereras y cementeras como que ya se olían esto, porque desde diciembre del 2018 anunciaron aumentos a sus productos a partir de enero del 2019 y si a esto se le suma el efecto del desabasto de combustibles que cuadruplica los tiempos de distribución, amigos, estamos ante el principio de una tormenta perfecta.
Sin ser portadores de ningún oráculo en materia económica, no se necesita ser un genio para saber que si el insumo principal de la industria de transformación se vende a niveles de los más caros de los últimos cinco años, y los precios de la materia prima básica para la construcción se disparan en consecuencia, y encima el costo del transporte de esos materiales se incrementa porque el desabasto de gasolina y diésel está pegando en serio, pues el último consumidor tendrá qué pagar los platos rotos de quienes en el gobierno de MALO están demostrando cada día que no le saben al tema económico.
Entonces, espero que lo anterior ayude a iluminar el camino por donde deambulan como zombies y además a ciegas, los que se esmeran en defender el modelo económico ¿cuál?- del gobierno federal, que según ellos favorece a la microeconomía.
Quienes defienden sin saber ni conocer del tema, la “estrategia” económica del gobierno, están pasando por alto que un gramo de daño a la macroeconomía de un país que juega en el mercado mundial, equivale a kilos en el ámbito de la microeconomía, que se conforma principalmente del poder adquisitivo del consumidor.
CAJÓN DE SASTRE
“¿Los que están actuando así, lo hacen ¿por ignorancia? Qué bueno, porque si fueran maleantes, ¿en manos de quién está México?”, dice la irreverente de mi Gaby, en el inicio de esta nueva década que esperamos pinte mejor que la anterior.