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Infancia es destino, también en la literatura
La evocación de la infancia ha sido, y sigue siendo, un tema recurrente en la literatura. Todos hemos sido niños o niñas, pero muchos lo hemos olvidado. Ella decidió no hacerlo. Un día optó por no dejar de lado el reto de poner por escrito sus recuerdos lejanos. Y además partir de ellos para crear ficción a partir de lo que vivió. Fue así como Alma Delia Murillo dio vida a “El Niño Que Fuimos”.
El texto que presentaron los periodistas culturales Sylvia Estrada y Yohan Uribe, en una plática informal junto con la autora retomó el proceso que propició la novela en la que los protagonistas, que se conocieron en un internado, se reencuentran a través de Facebook y es que como dijo Alma Delia, “en la novela como en la vida todo pasa a través de las redes sociales”.
Así, han aparecido los años de su niñez en forma de novela. Protagonizada por María, Óscar y Román, personajes de los que página a página se conocen sus peculiaridades. Pues tal como dijo en entrevista para VANGUARIDIA, “Casi todos los que escribimos intentamos que los personajes se definan a sí mismos para que sean creíbles, para que sean casi tan reales como tú o como yo”, continuó, “así que yo hice sus características pero luego dejé que los personajes avanzaran hacia lo que ellos querían contar”.
Durante la breve conversación, la autora explicó que a sus textos les da un periodo de reposo. Luego, ya con cierto desapego, vuelve a ellos y los corrige. El exceso de lirismo, para empezar. Las largas metáforas, para seguir. Se esfuerza para que las cosas, por más fantásticas que sean, parezcan reales. Quita y quita, como si para ella un escritor valiera más por lo que quita que por lo que deja. Y lo que deja son frases cortas llenas de acción y ritmo poético. Se propone, en suma, que el texto sea menos artificioso y más transparente. Ella está segura que la sencillez tiene detrás un arduo trabajo de revisión y corrección.