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Juliette Binoche enfrenta a sus demonios
MADRID.- Ganadora de un Óscar por “The English Patient” (1996) y reina del cine de autor europeo, Juliette Binoche viaja a lo más oscuro del alma en “Nadie Quiere la Noche”, la última película de la española Isabel Coixet y una invitación a abrazar “nuestro animal interior”.
El filme es una ficción basada en hechos reales que relata la aventura, primero épica y después íntima, de Josephine Peary tras las huellas de su marido, Robert Peary, el primer explorador que alcanzó el Polo Norte a principios del siglo XX.
“De algún modo todos pasamos por eso. Nacemos llenos de fuerza y ganas de conquistar el mundo, y en el camino descubres emociones, celos, ira y orgullo que pueden asustar, pero, si entras en ellas, te permiten alcanzar un nuevo grado de conciencia. Digamos que el Polo Norte hay que encontrarlo en nuestro interior”, reflexiona la actriz.
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Binoche sabe de lo que habla. Franca, generosa en sus respuestas y sin abandonar la sonrisa (a veces carcajadas), la musa de Krzysztof Kieslowski y Michael Haneke confiesa que ha pasado por muchos baches en su vida tanto personal como profesional.
“Tuve una crisis después de ‘Los Amantes del Pont Neuf’ (1991). Pasé por tantas dificultades con esa película que me planteé dejar de actuar. Fui con mi profesora de teatro a pedirle un consejo, a decirle que era un oficio demasiado duro, que siempre estás a punto de arder y que no podía más. Pero ella me dijo que ni hablar, que tenía que volver a actuar y que me iba a ayudar a hacerlo”, relata.
“Otra vez me ocurrió antes de ‘Caché’ (2005), hubo un periodo como de un año y medio en que no quería trabajar, no tenía ningún deseo. Es el sentimiento más horrible que he tenido en mi vida, porque además nunca me había pasado algo así, no tenía referencias”, prosigue la actriz.
“Al final, la vida y el fuego vuelven a ti”, comenta.
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“No es sólo cuestión de voluntad, tienes que dejar que pase. A veces queremos algo con tanta determinación, como mi personaje de Josephine, que justo esa voluntad te bloquea”.
Desde André Techiné a Abbas Kiarostami, Leos Carax o los mencionados Haneke y Kieslowski, Binoche ha trabajado con casi todos los grandes cineastas europeos (a costa de rechazar hasta tres veces a Steven Spielberg, por ejemplo) y se ha construido una reputación sin parangón a base de saltarse sus propios límites, una y otra vez.
“Actuar es un salto al vacío, nunca sabes cómo va a salir, te entregas completamente desnudo a la voluntad del director”, afirma.
“Es un proceso de transformación, cada una de tus células tiene que creerse lo que está pasando”.
El dato
> La actriz ha trabajado frecuentemente con Krzysztof Kieslowski y Michael Haneke.
> Binoche afirma que ha pasado por muchos baches en su vida tanto personal como profesional.
> Ha trabajado con casi todos los grandes cineastas europeos y se ha construido una reputación sin parangón a base de superarse.