En el mes de junio de hace justo 25 años el director norteamericano Steven Spielberg añadió a su lista de taquillazos cinematográficos el de “Parque Jurásico”.

Basado en la novela de Michael Crichton, “Parque Jurásico” contaba la historia de un singular parque de diversiones que previo a su apertura era visitado por unos científicos para corroborar una invención realizado a partir del rescate del ADN de unos dinosaurios para revivirlos en ese entorno sin medir las consecuencias de esa manipulación genética.

El filme no sólo se convirtió automáticamente en el más taquillero de aquel verano, sino que superó por mucho otros éxitos del realizador como “Tiburón” (1975) o “E.T. El Extraterrestre” (1982), iniciando una no menos exitosa saga de películas que en 2015 inclusive propició un “reboot” o “reinicio” de la historia con “Jurassic World: Mundo Jurásico”, dirigida en esta ocasión por Colin Trevorrow, con un nuevo parque temático que a pesar de los desastres anteriores se ha abierto al público con las implicaciones devastadoras que estas historias envuelven.

A tres veranos con exactitud de que “Jurassic World” impuso nuevos records taquilleros para la franquicia el fin de semana pasado se estrenó a nivel mundial incluyendo a México y Saltillo la secuela de este “reboot”, “Jurassic world: El reino caído”, que inicia justificadamente tres años después del estreno de aquel filme con la aparición especial del actor Jeff Goldblum, uno de los científicos pertenecientes a la visita de la cinta original en un debate de los pros y los contras de mantener con vida a los dinosaurios que se desbocaron en el último parque viéndolos como una especie en extinción, pero en su opinión científica, habiendo sido testigo incluso de los resultados adversos de aquel experimento, lo mejor era dejarlos morir.

Sin embargo, apelando al sentido humanitario de la heroína de “Jurassic World”, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), el representante de un socio del patrocinador del parque original, Ed Mills (Rafe Spall) la visita para apoyarla en el supuesto rescate de estas especies en extinción cuando en realidad es un plan con maña en el que también involucrará al héroe del filme anterior, Owen Grady (Chris Pratt) para accionar la montaña rusa de emociones que será este nuevo capítulo de saga el cual, además de integrar el debate real de los grupos ecologistas por el rescate de las especies en extinción, también la crítica a las voraces élites del poder por la ganancia económica.

El mayor atractivo de “Jurassic World: El reino caído”, además del que dan por añadidura los principales protagonistas que además de la pareja con buena química que vuelven a formar Chris Pratt y Bruce Dallas Howard y los son los dinosaurios cada vez más sofisticados que crean los efectos visuales que los materializan, es la dirección del español J.A. Bayona, quien sin salirse de la narrativa de garantía de éxito trazada por Spielberg hace 25 años le inyecta de su cosecha el estilo que lo ha hecho ser un respetado realizador que fue apoyado desde nuestro compatriota Del Toro en su ópera prima “El orfanato”, del 2007, hasta la más reciente “Un monstruo viene a verme”, del 2016, con todo y su actriz fetiche Geraldine Chaplin incluída en una participación especial.

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