Kia Sportage 2.0 CRDi, una mejora muy notable

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Kia Sportage 2.0 CRDi, una mejora muy notable

Kia ha renovado su todocamino compacto, el Sportage, que estrena cuarta generación con una mejora muy notable en todos los aspectos y que le hace situarse un peldaño más arriba en el competido segmento de los SUV de 4,50 metros.

No es una novedad que todas las marcas han actualizado sus productos o los han mejorado para no perder ventas. Ni tampoco que los fabricantes que no tenían un modelo se han tenido que centrar en ello y aumentar su gama con un SUV.

Esto no le ha sucedido a Kia, que junto a su hermana mayor Hyundai, no es nueva en la materia y cuenta no con uno, sino con dos o más modelos.

En el caso de Hyundai ofrece el Tucson (antes ix359, el Santa Fe y el Grand Santa Fe (versión alargada del anterior). Los homólogos en Kia son Sportage y Sorento, que se puede elegir con siete plazas.

Kia Sportage. Foto EFE/Kia

El Tucson y el Sportage comparten la misma plataforma, por lo que el segundo se beneficia de las mejoras introducidas en el primero en chasis, suspensión, amortiguación y asistentes a la conducción.

La cuarta generación del Sportage está a la venta desde marzo de 2016 y se fabrica en las instalaciones que la marca surcoreana tiene en Zilina, Eslovaquia.

Debido a que es el modelo más vendido del fabricante en Europa la nueva generación se puede decir que ha sido muy mimada para que siga siendo el ojito derecho del fabricante. El diseño lo ha dirigido el estudio de Kia en Fráncfort (Alemania), con aportaciones de los centros de Namyang (Corea) e Irvine (California).

Parte del resultado ha sido un incremento de 30 milímetros en la batalla (ahora mide 2.670 milímetros), 40 milímetros más de longitud (hasta los 4.480 milímetros) y un spoiler trasero más largo y aerodinámico, que crea la imagen de un perfil barrido hacia atrás.

Lo que no cambia es la altura del vehículo (1.635 milímetros) ni la anchura (1.855 milímetros) respecto a la tercera generación del Sportage.

Para darle un toque más deportivo y contener los consumos se ha reducido el coeficiente aerodinámico Cx desde 0,35 hasta 0,33, en parte debido al nuevo perfil del panel inferior y al nuevo diseño del paragolpes.

El frontal presenta el mayor cambio, ya que los faros están separados de la parrilla "tiger-nose (nariz de tigre)" característica de Kia y por encima de ésta. La forma es alargada y hacia atrás, y con ello se crea una mayor sensación de dinamismo.

La parrilla es más baja y ancha, pero se ha dimensionado para lograr una mayor refrigeración del motor.

Se trata del turbodiésel 2.0 de 136 CV, que se ha mejorado con un bloque motor 5 kilogramos más ligero, un sistema avanzado de gestión de la batería, una bomba de aceite de volumen variable continuo, que registra y ajusta la presión de aceite en tiempo real, y un nuevo módulo del filtro de aceite.

Hasta las 1,500 vueltas el Sportage es algo lento en las reacciones, una situación que cambia notablemente a partir de esa cifra, que es cuando el turbocompresor inyecta la presión necesaria para activar el par del turbo.

Es entonces cuando se percibe claramente que es fácil alcanzar velocidades de crucero legales gracias a una entrega de par y potencia más fluida. El par máximo es de 373 Nm entre 1.500-2.500 rpm.

En la unidad probada la caja es manual de seis velocidades, con desarrollos algo largos y bien escalonados.

El motor carece de la tecnología Start & Stop lo que le penaliza algo más los consumos, especialmente en ciudad. El gasto mixto de diésel que le ha homologado la marca es de 5,2 l/100 km, que en el recorrido de prueba (se han alternado atascos, con salidas a autopistas y conducción por puertos de montaña a ritmos intensos) se ha elevado por encima de los 8 litros.

En su descargo hay que señalar que en una conducción normal, en la que no se busquen los límites al vehículo, no es difícil mantenerlo por debajo de los 7 litros, lo que no está mal para un coche que está enfocado a un cliente que, por imagen de esta versión, va a demandar al Sportage un comportamiento dinámico.

Por si acaso, el volumen del depósito de combustible se ha aumentado de 58 a 62 litros.

Kia Sportage. Foto EFE/Kia

En las versiones GT Line -es la primera vez que se ofrece este acabado en el modelo- las luces de niebla LED tipo "cubito de hielo" están inspiradas en el compacto pro_cee'd GT y asemejan su mirada a la de algunos modelos de una conocida marca de deportivos alemana.

Para que el conductor no eche de menos un frontal poderoso, el GT Line analizado monta un protector de bajos con efecto aluminio.

En la vista lateral lo que más sobresale son los pasos de rueda, los voladizos delantero (es más largo, ha crecido en 20 milímetros) y trasero (se ha reducido en 10 milímetros) y las llantas de aleación de 19 pulgadas.

Las dos salidas de escape laterales, embutidas en el protector de bajos y los estrechos y alargados faros con efecto 3D copan todo el protagonismo en la zaga.

La estructura del nuevo Sportage es significativamente más resistente, gracias en gran parte a la utilización de más Acero Reforzado de Alta Tensión (AHSS) que mejora la rigidez en las uniones, y a la introducción de elementos de transmisión de cargas más efectivos en todo el bastidor.

Con estos cambios la rigidez torsional ha mejorado un 39 % con relación a la generación anterior y en las pruebas de choque de Euro NCAP el Sportage ha obtenido la máxima calificación, las cinco estrellas.

El comportamiento dinámico ha mejorado sustancialmente respecto a la anterior generación. El confort de suspensión ofrecido ahora es mucho mayor, sin que sea tan blando y parezca que el coche flota.

La suspensión delantera independiente mantiene la arquitectura del modelo anterior, pero con una serie de modificaciones, que afectan a la situación de los anclajes y que proporcionan una mayor estabilidad en la conducción.

Asimismo, los rodamientos y los casquillos son más rígidos para lograr un mayor aplomo en todos los firmes, mientras que la caja de la dirección se ha colocado en una posición más avanzada en el eje para que la respuesta sea más suave.

Aunque se ha logrado que aporte algo más de información, no es todo lo precisa que debería ser en curvas cerradas, donde se aprecia el carácter subvirador del Sportage, que es muy controlable.

En el eje trasero, también independiente, la suspensión multibrazo tiene un brazo inferior doble y un elemento transversal más rígido para impedir que el ruido de rodadura y las vibraciones se filtren al habitáculo.

A los amortiguadores se les ha dado un recorrido en extensión más largo para que, cuando se circule por pistas, las pequeñas vibraciones se noten menos en el interior y se filtren mejor los baches.

Para limitar el subviraje lo que se ha hecho es modificar ligeramente la geometría de la suspensión y montar unos rodamientos y casquillos laterales más rígidos.

Kia Sportage. Foto EFE/Kia

Todas estas mejoras en la suspensión, junto con el aumento de la batalla, transmiten al conductor aplomo y estabilidad. Los cambios de peso en curva y en frenadas fuertes están bien controlados, por lo que rápido uno se siente cómodo a bordo de este SUV.

En campo, a pesar de que cuenta con varios asistentes para la conducción 4x4, las llantas de 19 pulgadas no son la mejor elección para transitar por pistas rotas o por el barro.

No obstante, siempre que la pista no se complique y haya que afrontar pendientes pronunciadas con barro o firme pedregoso el Sportage tiene un comportamiento noble. Más tranquilas son las bajadas con el control de descensos que hay al lado de la palanca de cambios.

Los problemas de mayor envergadura se pueden solucionar con cabeza y con el bloqueo central que equipa el modelo analizado, pero siempre hay que tener en cuenta que se trata de un todocamino y no de un todoterreno puro.

Para el asfalto el coche equipa asistentes como el de aviso de ángulo muerto, mantenimiento de carril o de distancia con el coche que precede, entre otros muchos.

En el interior el aumento de la batalla ha permitido a los ingenieros ganar algo más de espacio para los pasajeros. La altura para la cabeza es de 997 milímetros (5 milímetros más) en las plazas delanteras y de 993 milímetros (16 milímetros más) en las traseras.

El hueco para las piernas también ha crecido hasta los 1.129 milímetros delante (19 milímetros más) y 970 milímetros detrás (7 milímetros más).

Se ha puesto especial atención en los asientos. En la parte delantera se ha reducido el nivel de vibración y el peso (en 2,5 kilogramos) y se ha introducido una estructura más rígida (con acero de alta resistencia) para una mayor durabilidad, según la marca.

Además, los muelles y los paneles de espuma estrenan diseño.

Los traseros, que se pueden reclinar asimétricamente en una proporción 60:40 se pueden inclinar en 7 pasos, desde 23 a 37 grados, desde una palanca ubicada en la parte inferior.

Para una postura más cómoda y natural el suelo interior está 40 milímetros más bajo (sin que ello perjudique la altura libre) y la altura de cadera en el asiento es 30 milímetros más alta.

El enfoque familiar y rutero del Sportage ha obligado a trabajar aún más la reducción del ruido de rodadura, lo que se ha traducido en un mayor empleo de material absorbente en los pasos de rueda.

Se ha montado un parabrisas más grueso, se da dado un sellado de doble labio en el techo panorámico y se ha recurrido a material aislante adicional en las puertas.

El conductor y los pasajeros cuando entran al vehículo perciben que los materiales son de calidad y los ajustes están a la altura de lo que se espera. El puesto al volante es ergonómico y el salpicadero está ligeramente orientado al conductor para facilitar el control de la pantalla TFT o de la climatización. Es de destacar que la conexión del teléfono es muy intuitiva, así como el manejo del equipo de navegación, en comparación con modelos alemanes de la competencia de mayor renombre.

En esta versión GT-Line la tapicería de los asientos es bicolor, lo que junto a la luz interior led, le da un toque de exclusividad y deportividad (los pedales son de aluminio) al vehículo. Lo que le resta puntuación es que no cuente con un freno de mano eléctrico.

El acceso y la salida es cómoda por el grado de apertura de las puertas y porque la carrocería elevada facilita la maniobra.

Atrás, como es habitual entre la mayoría de los fabricantes, dos personas viajarán mejor que tres por la dureza del respaldo central, lo que es una pena porque el túnel no es muy grande y la posición de las piernas es cómoda.

También la operación de carga del maletero es cómoda por la apertura eléctrica del portón. El hueco destinado a las maletas es amplio y aprovechable, y con espacio para la rueda de repuesto.

FICHA TÉCNICA:

Longitud 4,480 m.
Anchura 1,855 m.
Altura 1,635 m.
Distancia entre ejes 2,670 m.
Vía delantera 1,609 m.
Vía trasera 1,620 m.
Peso 1.587 kg.
Capacidad depósito 62 l.
Capacidad maletero 503 l.
Coeficiente aerodinámico 0,33 Cx.
Posición motor Delantero transversal.

Interior del Kia Sportage. Foto EFE/Kia

Alimentación Inyección directa por conducto común. Turbo Geometría variable. Intercooler.
Cilindros Cuatro cilindros en línea.
Cilindrada 1.995 c.c.
Potencia máxima 136 CV a 4.000 rpm.
Par máximo 373 Nm entre 1.500-2.500 rpm.
Transmisión Manual de 6 velocidades.
Velocidad máxima 184 km/h.
Aceleración 0-100 10,5 seg.
Consumo medio 5,2 l.
Emisiones CO2 139 gr/km.
Dirección Eléctrica.
Diámetro de giro 10,6 metros.
Frenos delanteros Disco ventilado (305 mm).
Frenos traseros Disco (302 mm).
Suspensión delantera Tipo McPherson/Resorte Helicoidal.
Suspensión traseraParalelogramo deformable/Resorte helicoidal.
Tracción 4x4.

Kia Sportage. Foto EFE/Kia

Cotas todoterreno:
- Ángulo de entrada 16,7 grados.
- Ángulo de salida 23,9 grados.
- Ángulo ventral 18,6 grados.
- Altura libre 172 milímetros.
Neumáticos 245/45 R 19.
Equipamiento de serie ABS+EBD+ASTC+HSA.
Precio 37,000 dólares.

DESTACADOS:

++ La estructura del nuevo Sportage es significativamente más resistente, gracias en gran parte a la utilización de más Acero Reforzado de Alta Tensión (AHSS) que mejora la rigidez en las uniones.

++ Para darle un toque más deportivo y contener los consumos se ha reducido el coeficiente aerodinámico Cx desde 0,35 hasta 0,33, en parte debido al nuevo perfil del panel inferior y al nuevo diseño del paragolpes.

++ El conductor y los pasajeros cuando entran al vehículo perciben que los materiales son de calidad y los ajustes están a la altura de lo que se espera.

Por Javier Millán EFE/Reportajes