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La banda del tráiler rojo
Algo oculto y podrido está oliendo mal en la muy costosa tramoya del Instituto Electoral de Coahuila (IEC). Y es que la fetidez ya resulta manifiesta y doña Gabriela de León arrisca la nariz tratando de disimular la pestilencia que desprende una democracia disolvente provocada por el mismo IEC, que viene a ser el más claro antecedente del retorno a la dictadura, la cual, no será militar ni teocrática, tampoco del proletariado y mucho menos fascista, pues somos tan corruptos que jamás llegaremos al fascismo, sino que es la involución hacia lo que fuimos el siglo pasado, la famosa dictadura perfecta.
Esta nueva dictadura puede ser más perfecta que la descrita por Vargas Llosa en aquel debate en Televisa y que puso los pelos de punta a los intelectuales orgánicos participantes, así como al dueño de la televisora que se ostentaba como el soldado del sistema. Entonces no existía la inmensa maquinaria legitimadora como ahora son los OPLES, el INE, los tribunales estatales y federales, las fiscalías estatales y la Fepade. Toda una poderosa mafia electoral.
Sin faltar, por supuesto, la partidocracia que a través de sus legisladores ha hecho leyes a modo para la reelección, los partidos morralla, el abuso de hacer campaña desde las alcaldías (validado por la SCJN), las candidaturas dizque independientes y demás leyes ambiguas.
Y es que los vicios en los procedimientos electorales y políticos siguen vigentes y mejor “legitimados” con la vil calaña ciudadana al estilo INE de Lorenzo Córdova y del IEC de la muy “feminista” Gabriela de León, ejemplos de que nuestros órganos constitucionales autónomos son la marrullería burocrática más costosa, cínica e inútil del planeta.
Y aunque “calaña” se oye despectivo no lo es del todo, pues se refiere a la calidad, patrón o modelo de algo o de alguien, como por ejemplo, de la presidenta del IEC, Gabriela María de León Farías, cuya calidad podemos juzgar según la intención de sus actos al frente de ese instituto que nada tiene de imparcial, independiente y ciudadano.
Usted puede juzgar la verdadera calaña de doña Gabriela que, como presidenta del IEC, tuvo acuerdos no publicitados (secretos, pues), con el entonces secretario de Gobierno, Víctor Zamora, respecto a la operación de un proceso electoral plagado de irregularidades como la caída del sistema, la fallida cadena de custodia de las urnas, la sospechosa intervención de la policía de don Víctor, las urnas abiertas, violadas y perdidas y el fraude electoral cometido en Parras para despojar del triunfo a Ramiro Pérez Arciniega en favor del cacique postulado por el PVEM, Evaristo Madero Marcos.
Doña Gabriela le sigue apostando a la opacidad. ¿Ya entregó de nueva cuenta el Comité Municipal Electoral de Parras al PVEM?
Y seguiremos repudiando la imposición de Evaristo en Parras, que ya se alista para su cuarta candidatura, a pesar de tanto escándalo y corrupción. El colmo será que los paquetes electorales de Coahuila se fleten en el famoso tráiler rojo del cacique, con el riesgo de que el camión venga con las llantas repletas de boletas malas. Así de cínicos son el capo Evaristo y la peligrosa “Texana”, su contacto en la siniestra mafia electoral de esta entidad.