La BOA nació en una borrachera

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La BOA nació en una borrachera

Antonio García Rodríguez, Pepe Arévalo, Celio González y Carlos José Reyes Hernández andaban de parranda en el bar de un hotel en la Ciudad de México y tenían varios días de que estaban haciendo los arreglos musicales finales a una pieza que se llamaba “Angoa”, con un ritmazo guapachoso a la que le cambiaron la letra y el título.

Les platico: El nombre artístico de Antonio era “Tony Tabaco, un mexicano con sabor cubano”, y el de Carlos José, “Carlos Lico, la Voz de Oro”.

De aquellos cuatro, solo uno era cubano -Celio- y de todos, nomás uno sobrevive, Pepe Arévalo, que el 21 de junio del año pasado festejó sus 60 años de carrera artística con un fiestón en El Lunario del Auditorio Nacional, en el que cantaron y bailaron con él Javier Bátiz, Susana Zabaleta, Laura Zapata, Ana Cirré, Rodrigo de la Cadena y muchos otros famosos músicos de la época y aún de la actual.

“Tony Tabaco” había nacido en Nueva Rosita, Coahuila; a los dos años su familia se mudó a Monterrey y a los 16 se fue a buscar fortuna en la farándula de la Capital.

Con sus compadres Pepe Arévalo y Celio tocaban en los bares de Acapulco y se hicieron de una buena fama en los años 50, 60 y 70.

Salseros de corazón siempre buscaban ritmos guapachosos y bailables. Un día escucharon el son cubano “Angoa” y entre los tres re escribieron su letra y trabajaron en un nuevo arreglo musical.

El día de la borrachera en el hotel de la CDMX andaba con ellos su amigo Carlos Lico.

Los parroquianos les pidieron que cantaran la canción a la que le habían cambiado la letra y fue tal el trancazo, que la repitieron siete veces.

Hasta antes de esa noche no la habían cantado en público por dos razones: Le faltaban los arreglos finales y lo más importante, no la habían registrado.

Aquella vez la “estrenaron” y sucedió que días más tarde, su “amigo” Lico la registró a su nombre. Cuando se dieron cuenta les agarró a los tres una resaca más cabrona que la de la noche en que la cantaron en público por primera vez.

Lico no se hizo famoso por esa pieza, sino por los boleros que cantaba con los grupos de que formó parte: “Los Tres Reales”, “Los Dante”, “Los Delfínes”, “Los Modernistas”, “Los Embajadores”, “Los Pao”, “Los Columbos” y “Las Tres Siluetas”.

Pero con dos de esos tríos grabó la pieza de sus cuates antes que lo hiciera la “Sonora Santanera”  y en los títulos de los acetatos de esos artistas, aparece el nombre de Carlos Lio como autor.

Su fama la ganó por sus éxitos como solista y como tal, nunca grabó la mentada pieza.

Unos días antes de que “Tony Tabaco” muriera el 31 de julio de 2018 en la CDMX, todavía se lamentaba ante su nieto Libni Azael García Santin, de los terribles frutos de aquella borrachera.

El título que le pusieron él, Celso y Pepe Arévalo a esa canción fue… “La Boa” y los derechos de autor fueron heredados por Carlos Lico -a su muerte el 7 de noviembre de 2009- a su hija Patricia Reyes.

Antes de que resonara de nuevo por todos lados esa guapachosa pieza -gracias al desafortunado anuncio del Palacio Nacional sobre el “auto compló” contra la 4T- la marca Isuzu pagó regalías y permisos a su dueña, por la campaña de publicidad del 2017 en la que usó la música de esa pieza, con una letra comercial que promueve la venta de sus vehículos de carga.

CAJÓN DE SASTRE

“Te la acabas de bañar, qué increíble historia. Por favor, incluye la foto de “Tony Tabaco” y de su nieto para atestiguar que lo que platicas, es cierto”, dice la irreverente de mi Gaby, desde su refugio en SAT.

placido.garza@gmail.com