Usted está aquí
La Caja China
Hace poco comenté en este espacio que Enrique Peña Nieto es el Presidente con el más bajo índice de aceptación, al menos desde que existen mediciones de esta clase. Por donde quiera que lo veamos, parece imposible que esta administración remonte el vuelo.
Aun cuando el Presidente quiera cambiar este hecho, ya no puede. Su tiempo se agota, poco a poco empieza a perder poder, cada vez menos acatarán sus instrucciones. Si las elecciones de mitad de sexenio son el principio del fin, las de junio próximo marcarán el arranque de la sucesión presidencial y el final de su gobierno.
Ante la catástrofe, recurrió a la “Caja China”, que tan bien explica el filme “La Dictadura Perfecta”: es una maniobra mediática que opaca una mala noticia mediante una nota escandalosa, de gran impacto, capaz de distraer o desviar la atención de una opinión pública poco y mal informada; hace desaparecer de la opinión pública aquello que el poder gubernamental desea ocultar.
En la serie televisiva “House of Cards”, Frank y Claire Underwood, la pareja otrora invencible, cuya perversidad no conoce límites, que siempre se sobrepone a toda adversidad, que con enorme astucia formó una amplia red de seguidores, en la última temporada de la serie, se ve en el umbral de la derrota.
Ante la debacle, los Underwood renacen de sus cenizas. Han perdido toda credibilidad, pero conciben una idea salvadora, recuerdan la guerra que quisieron evitar, y en ella encuentran una salida: El miedo a una guerra abierta opacará su derrota. La noticia de ayer, sea cual fuere, ya es basura.
En plena caída libre, Peña Nieto sacó un as de la manga. Otra vez la caja china para dividir al 70 por ciento que reprobamos su gobierno. Ese 70 por ciento se distribuye entre Izquierda y Derecha. Sin importar su ideología, la inmensa mayoría reprobamos su gestión.
Como a los Underwood, se les prendió el foco y encontraron un tema que polariza y divide profunda, radical y visceralmente a los mexicanos: aborto, uniones homosexuales y adopción de menores por parejas homoparentales.
La reforma de Peña Nieto dividió de un momento para otro a ese 70 por ciento y lo sumergió en una polémica que apuesta a olvidar el fracaso de su gobierno. La nota cambió el panorama, atrás quedó la corrupción, la impunidad y la falta de resultados. La caja china en pleno funcionamiento. “Funcionó, nos salvamos compadre. Nuestros opositores pelean entre ellos. Divide y vencerás”.
No entraré al debate, hacerlo sería caer en la caja china. Conviene que entendamos que la única forma de solucionar nuestras diferencias se llama democracia, con sus propias reglas e instituciones. En el mejor de los mundos, lo correcto sería encontrar un punto de acuerdo sobre cualquier tema a debate; en el peor, las mayorías imponen, así sea por un voto, la política que apoyan, respetando siempre las creencias, preferencias y posturas de las minorías. En democracia se imponen políticas no formas de pensar.
En el camino sólo nos queda el respeto mutuo. No respetarnos divide y degrada a la sociedad. Mientras tanto, los malos gobiernos, como el actual, se salen con la suya.
Las personas homosexuales tienen la misma dignidad humana que los heterosexuales. Son acreedores de nuestro respeto absoluto. Respeto que exigimos de todos y pedimos para todos. El Catecismo de la Iglesia Católica lo acentúa: “Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”. En esta discusión, el respeto debe ser la base absoluta, no hacerlo elimina toda deliberación honesta, cualquiera que sea el ángulo desde el cual se aborde.
Personalmente creo que los menores tienen derecho a un papá varón y a una mamá mujer. Sostengo que la palabra matrimonio sólo debe usarse para referirse a la unión de un varón y una mujer. También sé que existen muchísimas personas que no están de acuerdo conmigo, y que muchas otras sí lo están. Esas diferencias, por momentos viscerales, sólo pueden dirimirse en democracia. Una democracia que, por cierto, no acaba de aterrizar en nuestra patria. El mal gobierno y el reinado de la impunidad nos tienen discutiendo, mientras que ellos preparan el fin de su mandato fallido.
Twitter: @chuyramirezr
Facebook: Chuy Ramírez