Usted está aquí
La Cargada. Parte 2. Recargada
El único Rector de la UAdeC que haya yo podido conocer, estrechar su mano y estimar como una persona grata es Alejandro Dávila.
Y sin embargo, en su momento, no voté por él, sino por la otra opción de la boleta: “nuevas elecciones”.
No tenía nada en contra del entonces candidato y confieso que de haberle conocido como llegué a conocerle, seguramente le habría otorgado mi voto.
Pero es que, sencillamente y desde entonces, me parecía insoportable la idea de celebrar elecciones sin contendientes.
Y no se crea que era yo un estudiante políticamente despierto, activista, ejemplo de participación o dado a la grilla. ¡Para nada! Yo sólo pensaba en el relajo, la fiesta y el rock n roll (o sea, básicamente igual que ahora, pero con más cabello). Sin embargo, el sentido común, aunque fuese en su estado embrionario, me gritaba que aquella carencia de opciones en la elección universitaria no podía de ninguna manera ser saludable para la institución por la que buscaba obtener mis credenciales profesionales.
Si no mal recuerdo, sólo dos planteles rechazaron aquella candidatura, la Facultad de Derecho y la otrora Escuela de Ciencias de la Comunicación y Repujado, lo que por supuesto no bastó para celebrar nuevos comicios, pero al menos sirvió para expresar una disconformidad. La otra vía hubiera sido formar un grupo disidente, apropiarnos de algún recinto universitario, cambiarle el nombre a “Auditorio Che Guevara” (o “Auditorio Chef Oropeza”) y 30 años después seguir allí defendiéndolo como nuestro bastión y paraíso chairo-intelectual de izquierda.
Aunque ello no ocurrió, no fue el destino de la UAdeC mucho más alentador. En lugar de ver fortalecida su proclamada autonomía, con el brazo del Jefe del Ejecutivo metido hasta las entrañas, terminó la institución académica por volverse indistinguible del Gobierno Estatal.
Hoy en día, lo que debiera ser una orgullosa casa de estudios es un vergonzante remedo de universidad, por la que han desfilado personajes como “Chema” Fraustro, rendido siervo del Poder; Jesús Ochoa, con idéntico antecedente; o Mario Alberto Ochoa, quien con un título patito y muchas ganas de superación construyó durante su gestión un multimillonario palacio campestre que ninguna autoridad se ha tomado la molestia de investigar (¡Qué raro! Si eso en Coahuila casi ni pasa).
Todos recibieron la venia del Ejecutivo en turno para ocupar el cargo de Rector y gracias a ello se postularon sin adversarios o bien, sobre de éstos con todas las ventajas que el padrinazgo del Poder otorga.
A menos que le caiga un rayo o lo apachurre el Lobús, hoy resultará electo para un segundo periodo Blas Flores, tras una campaña que es la síntesis de todos los vicios de la política fuera de las aulas: dedazo, acarreo, compra de votos y de conciencias, simulación y mucho, mucho amor al hueso.
Me solidarizo con los muchachos que hayan sido presionados (francamente extorsionados) para manifestarse en apoyo al candidato único y ungido gubernamental. Pero por aquellos que voluntariamente hayan cambiado sus convicciones por unas décimas de punto o cualquier otra prebenda material o académica, por ellos sí siento verdadera pena, porque su vocación es la de lideresa y por desgracia esa carrera aun no la ofrece la UAdeC, aunque sin duda ya está formando al priísmo del mañana.
De los funcionarios, directores, académicos y demás que se han sabido adjudicar un salario obsceno gracias a su fidelidad y silencio, de esos todo está dicho… por el momento.
A don Blas pues… supongo que habrá que felicitarle por su inminente reelección. Ojalá y le alcance este nuevo periodo como Rector para mover a la UAdeC de su actual posición en el 4 International Colleges & Universities, que la ubica en el destacado lugar 5 mil 197.
¿Será mucho pedir que la UAdeC se mueva de debajo de los 5 mil? ¿Qué tal el lugar 4 mil 999? ¿Se podrá don Blas? Digo, si no le distrae de sus obligaciones para con el Ejecutivo.
Y a la comunidad estudiantil, quizás sea pertinente sugerirle un nuevo mote más ad hoc con el concepto de rebaño y borregada, algo que no agravie el orgullo, la determinación y el resuelto carácter de los lobos.
petatiux@hotmail.com
facebook.com/enrique.abasolo