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La ciencia ficción fue uno de mis primeros amores: Paz Soldán
El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán cuenta que sus primeros amores fueron la ciencia ficción y la aventura, géneros de lo que se separó cuando salió del colegio porque, le decían, solo eran parte de la etapa adolescente que debía superarse.
Y ahora, después de varios años, Paz Soldán ve a la ciencia ficción como un género con el que puede contar "las guerras" que agobian al presente, como lo hizo en la novela "Iris" (2014) y el libro de cuentos "Las visiones" (2016), que presentó esta semana en la XXI Feria Internacional del Libro de Lima.
En "Las visiones", Paz Soldán, de 49 años, explora un mundo apocalíptico, aspectos y personajes que no le permitió "Iris", considerada una novela que al principio no es fácil de leer ni de entender.
dpa: La primera vez que estuvo en una feria fuera de Bolivia fue en 1998, en Perú. Desde entonces, ¿cómo ha cambiado su literatura?
He tratado de diversificarme. Ahora me gusta explorar nuevos territorios. Cuando vine la primera vez a Perú, me interesaba hacer una literatura más realista, tramas con el desasosiego sentimental como en "Amores imperfectos". Trataba relaciones de todo tipo, algunas más perversas que otras. Ahora estoy haciendo cosas trabajadas en un contexto más político y social, que tienen que ver con las guerras del presente.
dpa: ¿Considera que en esta última etapa desarrolla un trabajo más humanista?
Creo que "Amores imperfectos" también era humanista, pero el contexto social no lo era. En "Las visiones" los individuos siguen ocupando un lugar central, pero el contexto social y político en sus vidas es fundamental. En mis primeros cuentos yo era un escritor más tradicional y realista, en cambio, ahora, trabajo más con los cuentos populares: la ciencia ficción, el horror, la literatura fantástica y policial.
dpa: ¿Cuándo empezó a sentir atracción por esos géneros?
Yo era un gran lector de esos géneros cuando estaba en el colegio, pero igual que ahora, existía la idea de que la ciencia ficción pertenece a un mundo adolescente que luego se debe superar. Entré a lecturas "más serias", ingresé a la universidad, hice un doctorado en literatura y me fui alejando de los temas populares que me gustaban tanto.
dpa: Se alejó en la adolescencia, ¿pero cuándo los retomó?
Hace unos 10 años tuve una crisis personal. Me cuestioné la idea de seguir escribiendo. Para reconectarme comencé a pensar en mis primeros amores, qué era lo que me había llevado a la literatura. Empecé a leer los primeros libros que me habían gustado mucho y para mí fue una sorpresa porque ahora los miraba con otros ojos. Vi a la ciencia ficción como una forma distinta de mirar al mundo, que podía servirme para narrar la realidad de manera distorsionada, para profundizar temas del presente y no necesariamente centrarme en el escapismo o el entretenimiento.
dpa: ¿Y se siente más a gusto con esos géneros que con el realista?
No necesariamente porque ahora que he terminado "Las visiones" estoy escribiendo una novela realista. Me interesa variar. Es como dice Gabriel García Márquez: un escritor debe ser como una especie de carpintero que tiene en su maleta todo de tipo de instrumentos. Mientras más matices tengas después de un tiempo, mejor. A mí me interesa tener la mayor cantidad de instrumentos posibles para narrar. No creo que uno sea mejor que otro, sino que hay cosas que uno puede hacer mejor que otro.
dpa: Los cuentos de las "Las visiones" tiene origen en la novela "Iris". ¿Son una extensión?
Más que una extensión creo que es un proyecto autónomo, que puedes complementarlo con la novela. El desafío era que "Las visiones" funcionara para un lector que no había leído la novela y que cada cuento pudiera leerse de manera autónoma, sin saber nada de "Iris".
dpa: "Las visiones" se centra en los personajes de "Iris". ¿Qué desafíos enfrentó para escribir el libro?
El desafío era que pudiera ir a lo más profundo de la psiquis de los personajes, sin que estos hablaran de manera explícita de sus dolores, de sus traumas o ansiedades. A partir de ahí, "Iris", como elemento integrador, me sirvió porque en los cuentos hablo en términos generales, de alucinaciones, pesadillas o sueños de los personajes que revelan algo de su incosciente que ni siquiera ellos mismos saben y que tampoco terminan de interpretar. Tenía que escribir como si fuera un acertijo, hablar del dolor sin mencionar el dolor y los sueños me permitían esa entrada.
dpa: Ahora con la experiencia que tiene en la ciencia ficción, ¿cómo ve el género en América Latina?
Creo que han aparecido voces interesantes en la región, pero creo que aún hay muchos prejuicios editoriales con el género, como ha sido siempre. Hay mucho por hacer con la ciencia ficción, aunque paradójicamente los lectores son más receptivos que los editores. Hay escritores que están haciendo trabajos muy interesantes en el sur, donde siempre hubo un trabajo muy fuerte con lo fantástico.
dpa: ¿Y qué hay de la literatura en Bolivia?
Creo que la nueva generación está atravesando un gran momento. Hay voces muy potentes como las de Giovanna Rivero o las de Maximiliano Barrientos, autores que están siendo publicados por editoriales peruanas. Hay como siete autores que están circulando fuera del país y eso que debería ser normal, no lo era en Bolivia, pues antes era un lugar donde a los autores les costaba costaba las fronteras por diferentes razones.
dp: ¿Cuáles eran esas razones?
Primero, las editoriales locales no tenían la infraestructura que permite que los libros circulen fuera. La otra razón es algo que yo llamo "caja de resonancia", que es la necesidad de que haya autores en el exterior que con sus críticas contribuyan a divulgar la literatura de un país. Países como México o Argentina tienen "cajas de resonancia" muy fuertes. Bolivia, por su propio aislamiento, no tenía muchas "cajas" fuera, pero ahora los autores que están en el exterior contribuyen con la circulación de los autores nacionales.
dpa: Saliendo del tema literario, ¿cómo ve a Bolivia en el ámbito político y social?
Es un momento complejo para el país. Creo que más allá de los logros de Evo Morales, que fueron muchos, el país, después de 10 años, necesita un nuevo liderazgo, queremos romper la vieja historia de nuestro fervor por el caudillismo. El gran error del partido de Morales es que es uno muy caudillista, que no ha podido preparar nuevos líderes. Quizás el mejor legado que pudo haber dejado al país son instituciones fuertes y un partido político moderno que no dependiera tanto de un individuo, pero lamentablemente no fue así.