Los mazazos de Vargas Llosa parecían no terminar. Había asombro en la audiencia. Por un lado, es casi una regla no escrita del sistema político mexicano, léase el régimen priísta, y a los extranjeros les estaba vedado opinar en México sobre el país. Y peor de un latinoamericano, que por lo general, huyendo de exilios y persecuciones, acude a México, en busca de asilo. Además, Vargas Llosa hablaba en un evento que tiene el patrocinio de Televisa, consorcio que, sin pelos en la lengua, se define como "soldado del PRI".
Después Vargas Llosa pareció conceder algo. Del sistema político mexicano elogió la revolución de principios de siglo. Destacó como valiosa "la reivindicación de la tradición prehispánica". Pero volvió a la carga. Acusó al PRI de haber utilizado la revolución "y la retórica demagógica" para eternizarse.
Precisiones de Paz
En su turno, Paz dijo que había que agradecer la intervención de Vargas Llosa, pero que era necesario aclarar ciertas cosas, ya que "como escritor e intelectual prefiero la precisión". "Primero", dijo, "lo de México no es dictadura, es un sistema hegemónico de dominación, donde no han existido dictaduras militares. Hemos padecido la dominación hegemónica de un partido. Esta es una distinción fundamental y esencial". Habló luego de lo "bueno" que el PRI ha realizado. Explicó que no ha suprimido la libertad -aunque aceptó que sí la ha manipulado- que ha conservado la sociedad civil y que no es un partido conservador "como el de Francisco Franco".
"Este fue desde el comienzo un diálogo trunco", comentó a este periódico desde México el escritor colombiano Álvaro Mutis, quien por otra parte se definió como "alguien, desde siempre, ajeno a este tipo de reuniones, empezando por la palabra intelectual".
El novelista José Saramago señaló desde Lisboa que este enfrentamiento es en realidad el tercer o cuarto acto de una competencia entre Paz y Vargas Llosa contra García Márquez y Fuentes, y añadió: "Estamos hartos de una discusión que es todo menos ideológica".
"Soy muy amigo de García Márquez", señaló por su parte el novelista Juan Marsé, "pero no tengo intención de meterme en esta polémica, que por otro lado estaba latente. Paz no ha ocultado sus ideas conservadoras, incluso rematadamente de derechas. Ideas que respeto, como respetó también las de García Márquez o las de Neruda".
El filósofo Eugenio Trías dijo: "De todos este asunto lo que me ha llamado más la atención son las declaraciones de Semprún cuando vino a decir que no existe mejor sistema que el capitalista. Ante tan luminosa frase todo lo demás me ha quedado en un segundo término. Estoy abrumado ante tanta burrada, no hago más que leer el periódico en su busca. Paz, Semprún y compañía me parecen todos como la computadora Hall de Una odisea en el espacío: viejas máquinas estropeadas".
Luis Goytisolo dice que en el congreso de México es muy difícil llegar a un mínimo consenso porque hay posiciones muy encontradas.
"Creo que el congreso mexicano ha elaborado una lista de buenos y malos y entre estos últimos incluye a Heidegger como apólogo del nazismo", indicó el escritor Félix de Azúa. "Si alguien realmente ha dicho eso, la lista de los malos, o mejor de los imbéciles, se ha quedado corta, pues debía incluir a todos los congresistas".
Con Información de El País y Pijama Surf