La guerra en Siria a inicios de 2016

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La guerra en Siria a inicios de 2016

Cuando la oposición Siria anunció el jueves que era poco realista pensar que las conversaciones proyectadas para fines de enero se llevarían a cabo, seguíamos esperando que un milagro pudiera salvar a esas pláticas. Pero la verdad es que 2016 no arranca bien para Siria. No que 2015 hubiese sido un buen año. Pero en medio del caos, parecían empezar a surgir señales de acercamiento entre las muy diversas partes que componen el conflicto. Sin embargo, el escalamiento en el enfrentamiento diplomático entre Arabia Saudita e Irán arroja, entre otras cosas, lamentables consecuencias para la paz. 

Siria no es un conflicto, sino muchos conflictos. Algunos de los actores que se enfrentan incluyen: (1) El presidente Assad y su ejército, (2) Fuerzas irregulares que le apoyan. Contra ellos luchan: (3) El Ejército Sirio de Liberación, el cual es en realidad un paraguas que agrupa a decenas de milicias, (4) Milicias islámicas locales, (5) El frente Al Nusra, afiliado a Al Qaeda, (muchas de estas milicias y actores no sólo combaten contra Assad, sino que combaten entre sí), y (6) ISIS, compuesta de extranjeros y hoy también de sirios. 

A nivel regional, en Siria chocan dos ejes. De un lado, el eje chiíta liderado por Irán, que apoya a Assad, y del otro, el eje sunita liderado por Arabia Saudita y sus aliados, quienes apoyan, financian y arman a distintas milicias rebeldes. 
Siria es también escenario de enfrentamiento entre potencias globales. De un lado, EU y sus aliados apoyan, financian y arman a la rebelión, y del otro, Rusia apoya, financia y arma a Assad. Con el crecimiento de ISIS en 2014, Washington decidió entrar al terreno de lucha, pero no enfrentándose a Assad, sino liderando una coalición para bombardear a ISIS. Rusia por su parte, decide también entrar de manera directa, pero para fortalecer la posición de Assad, aunque también bombardea a ISIS. 

Dado que los diversos actores internos cuentan con respaldo regional e internacional, se produce un equilibrio que prolonga la guerra. Además, muchos de los actores tienen más de un enemigo en el conflicto, lo que les orilla a veces a no enfrentar a cierto oponente, para que éste luche contra algún otro enemigo considerado prioritario. Como consecuencia de todo lo anterior, la resolución de esta complejísima guerra, debe incluir terrenos comunes entre los múltiples factores internos, transnacionales e internacionales. 

En 2015 varias de las potencias implicadas fueron víctimas de ISIS. Ello resultó en la identificación de un enemigo común y, por tanto, en la confluencia de intereses. Así, estos países estuvieron dispuestos a explorar posibles vías de salida y empujaron a distintos actores internos a hacer lo propio. Sin embargo, ahora que Arabia Saudita e Irán rompen relaciones diplomáticas, las consecuencias para el conflicto sirio son inmediatas, lo que se está empezando a reflejar en las posturas de dichos actores enfrentados. Tendremos que ver si Washington y Moscú tienen la voluntad y capacidad de disminuir las tensiones entre esos dos países y ofrecer siquiera algo de esperanza, ya no digamos a las víctimas de los últimos años, sino a los millones de víctimas que se van a producir en este 2016. 

Twitter: @maurimm