La ira del viento (un western)

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La ira del viento (un western)

Ilustración: ESMIRNA BARRERA

Por: ALEJANDRO PÉREZ CERVANTES

 

Para Víctor Palomo,
en respuesta a su poema inédito
400 tomahawks

 

En el desierto
un forajido empuña el agua.
Otro, se bebe la lluvia
del sombrero.
El tercero atrapa una mosca
con el cañón de su pistola.

El vapor del tren
forma una sombra.

El viento mueve un papalote
y hace ondear las gabardinas
en la estación vacía.

La novia llega a su boda
y encuentra un entierro.

Un quinqué construye caras.
Hay una cámara
moviéndose
por detrás del pistolero.

Hay cerros verde grises
flor de manzanilla
y un niño asesinado.

En el Oeste
el viento es incansable.

Siempre hay un sol
tras el cabello
-todo es polvo-
y los muertos nos miran
en contrapicado.

Todos los pelirrojos
se llaman Timmy,
los carreteros
van borrachos
y cada bala

deja una firma.

En el desierto
la noche sola
enciende un fósforo.

En la estación había tres gabardinas. Dentro de las gabardinas tres hombres, y dentro de los tres hombres tres balas.”
Sergio Leone

Hay insectos
sobre la piel
del rostro
y el asesino
tiene ojos de acero.
Hay una horca
como una pregunta,
un baúl con secretos
y la belleza se mira
en un espejo ciego.

Hay óxido en un cuchillo,
un bigote azuza el fuego.

Cada paso
es un puño
de polvo y paja.

Un lisiado
mira el mar
en una pintura.

Vemos unas botas
dentro del barro
y sus manos nudosas
clavar una cruz
en medio del suelo
y un forastero

diciendo:
soy el portador de tu féretro.

Alejandro Pérez Cervantes
MAESTRO Y PERIODISTA
(Saltillo, Coahuila)
Es profesor universitario. Autor de Murania y Los estatutos de la mirada. Periodista cultural y columnista de este periódico.