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La isla que se volvió loca por el arte
Naoshima.- Naoshima, en el mar interior de Japón y a unos 30 minutos en ferry del puerto de Takamatsu, es un lugar atípico por conjugar arquitectura, arte e impresionantes parajes naturales.
Alberga el museo Chichu, el Fukutake, el Benesse House y varias salas de exposiciones que la convierten, con probabilidad, en una de las localidades con más museos per cápita del mundo.
Museo-Bunker
Chichu, enterrado bajo tierra por el arquitecto Tadao Ando, es una mole de hormigón y de líneas geométricas que alberga media decena de cuadros impresionistas de Claude Monet.
A su entrada se encuentra un estanque que emula las obras pintadas por el francés y las presenta de una manera diferente: en una sala de mosaicos blancos, iluminada indirectamente por luz natural y en la que el visitante ha de descalzarse, tal y como ocurre en muchos lugares públicos de Japón.
Benesse House
El Parque Natural de Naoshima cuenta con varias casas de huéspedes para los visitantes, pero el alojamiento isleño por antonomasia es el Benesse House, un establecimiento hotelero frente al mar cuya habitación más costosa es de unos 71 mil yenes (alrededor de 11 mil pesos) por noche.
El resort cuenta con un museo propio. Se muestran piezas de Andy Warhol y Yayoi Kusama, quien diseñó una calabaza gigante de fibra amarilla colocada expresamente en un mirador para contemplar el horizonte repleto de islotes.
Entre líneas
Teshima es una isla situada a media hora de Naoshima. Entre bancales de arroz, se encuentra el museo de Teshima, un proyecto del arquitecto Ryue Nishizawa abierto al público desde 2010.
No acoge obras de arte, sino que es una pieza en sí misma: una inmensa construcción blanca de líneas curvas donde impera el silencio.
A través de dos gigantescas ventanas elípticas se recoge el agua de la lluvia que, gracias a un mecanismo ideado por el artista Rei Naito, posteriormente brota del suelo y forma enormes charcos entre los que deambulan los visitantes.
A unos 50 minutos en ferry, desde Naoshima, se encuentra la isla de Inujima, con una refinería de cobre convertida en una galería de arte.
Otras nueve islas de la zona acogen proyectos artísticos durante la trienal de arte contemporáneo de Setouchi, cuya próxima edición se celebrará en marzo.