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La justicia social, una nota pendiente en México
Que unos tengan todo y la mayoría no tenga nada ha sido causa de muchas inconsistencias en nuestro País, particularmente de la tan deteriorada democracia que seguimos teniendo, hasta no ver lo contrario. Aristóteles no estaba a favor de la democracia, sino de la aristocracia (el gobierno de los más capaces, intelectualmente hablando, una especie de “meritocracia”); sin embargo, cuando pensaba en el tema social, siempre recomendaba que lo importante es el fortalecimiento de las clases medias como garante del equilibrio social. Hay que buscar el justo medio, decía.
En una sociedad empobrecida como la nuestra, la manipulación ha sido la llave hacia el poder y esto lo han entendido perfectamente bien quienes nos han gobernado, porque se ha lucrado permanentemente con la pobreza, que con el soporte de la raquítica educación que tenemos ha sido el fiel de la balanza para mantener la hegemonía de quienes han mandado por años. Se confeccionó estructuralmente una sociedad a modo para quienes detentan el poder, que casualmente han sido los mismos desde hace cien años, con algunas ligeras modificaciones posteriores al Fobaproa.
Y aunque en nuestro País se habla de un boyante crecimiento económico, este no va de la mano con el desarrollo social. Curiosamente somosla economía número 11 del mundo, y paradójicamente, el nivel de pobreza según CONEVAL (2017) es de 53.4 millones de personas; de las cuales el 46.3% vive en situación de pobreza alimentaria,de capacidades y de patrimonio y 8%de la población vive en pobreza extrema. En el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (PNUD) ocupamos el lugar 71. El discurso gubernamental no refleja la realidad que viven muchos de nuestros connacionales.
Desde la Conquista, la Colonia, la Independencia, la Reforma y la Revolución a la fecha, no ha habido grandes diferencias. El tiempo ha pasado, pero las circunstancias en las que vive más de la mitad de la población nacional siguen siendo las mismas. Del tema se han agotado ya muchas páginas y tinta, pero es importante que tengamos en cuenta que la igualdad constituye uno de los presupuestos básicos de la justicia. Ya Aristóteles en el libro de La Política (IV, Capítulo 13), sostenía la interdependencia de ambos valores, afirmando que solamente será justo lo que es conforme a la ley y a la igualdad, e injusto lo contrario a aquélla y lo desigual.
La medida cualitativa de la justicia es la igualdad y la medida cuantitativa de la justicia es la equidad. En ese orden de ideas, el punto de partida de la justicia social es el bien común, el bien de todos los que conforman la sociedad y todos, son todos. Por tanto, la aspiración de una sociedad es el equilibrio, la armonía y el orden (Ética Nicomáquea, V, 1-3).
¿Por qué es contrario a la justicia la situación de empobrecimiento a la que han sido expuestos millones de mexicanos? En principio porque hablamos de personas, que como Usted y como yo son poseedores de dignidad, que buscan rumbo y sentido a la vida, que no deben de ser tratados como medios (Kant) y por que como afirma Adela Cortina, no podemos, ni debemos instrumentalizar a las personas; que es lo que ha ocurrido en tiempos modernos por la ambición desmedida de unos cuantos cancela el derecho a la autorrealización que todos tenemos dentro de la sociedad.
No olvidemos que la social tiene su origen en lo personal, por eso se requiere de una justicia con esas características. Es insuficiente la justicia conmutativa, es importante la justicia legal, es necesaria la justicia distributiva, pero es urgente; dada la naturaleza humana, la justicia social, sobre todo, en un país como el nuestro. Es urgente porque ésta ligada al concepto de equidad que es la reciprocidad según la cual, todos los miembros de la sociedad tienen que resultar beneficiados del modo convenientemente fijado por los diferentes actores sociales (Rawls, 1997: p. 46).
No viene al caso decir que requerimos educación, empleos, mejores salarios para que no haya delincuencia y para que la gente viva mejor. Es primordial que entendamos que requerimos una mejora para todos porque todos somos personas, porque la persona es el origen y el fundamento de todas las cosas. Simplemente porque hay una responsabilidad con el otro y más si ese otro es vulnerable.
Sociedad y Justicia tienen una liga íntima. No puede existir la sociedad sin justicia, las consecuencias las hemos visto durante muchos años, o siglos si usted quiere. La justicia solo adquiere cabal cumplimiento en la sociedad. Lo social es constitutivo de la justicia, de igual forma que la justicia es necesaria para el buen funcionamiento de la sociedad.
En México nos hemos olvidado de esta responsabilidad que solo en el panorama empresarial por cuestión de legitimidad social se rescató. Pero esto nos corresponde a todos. Requerimos personas y organizaciones socialmente responsables con los otros, tanto como requerimos un Estado con las mismas características.
Hay una deuda pendiente con la justicia social porque la pobreza, la migración, el desempleo, la falta de democracia en virtud de los bajos niveles de autoestima ciudadana, la falta de oportunidades; de vivienda, de educación, de poder tener una atención sanitaria digna y de salarios equitativos; entre otras realidades que son contrarias a la dignidad humana, siguen, como decía Eduardo Galeano, manteniendo las venas abiertas de América Latina y en el caso particular, de nuestro País.