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La mejor versión de la época
Ha sido una expresión feliz. Que cada uno descubra la mejor versión de sí mismo y la viva. Es una perspectiva interesante porque es una visión que abre el abanico de las posibilidades.
Se supone que así como hay diversas actitudes posibles frente a un acontecimiento, todas provienen de una versión de la propia personalidad. O hay omisión, o hay indiferencia, o hay participación equivocada o se descubre el camino de la mejor actitud, la mejor palabra, la mejor decisión para la mejor acción en una situación concreta.
Cada uno puede descubrir versiones pésimas de sí mismo que incluyen todas sus limitaciones, sus carencias, sus contradicciones o equivocaciones.
Ahí se suman los miedos, los prejuicios, los resentimientos y los apegos.
Esa versión daña al sujeto y causa daños en su cercanía y en su periferia. Se activa esa versión cuando se cancelan los filtros, los semáforos, las aduanas, la autocrítica y se pasa de la actitud al pensamiento, a la palabra, a la decisión y a la acción perniciosa en un recorrido de impulsividad
La mejor versión de cada quien es la que no se deshumaniza y logra una victoria sobre todas las mediocridades. Vence al letargo de la inteligencia, a la anemia de la voluntad y a la frialdad del corazón. Triunfan entonces la verdad, la justicia, la libertad, el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la afabilidad, la bondad, la serenidad y el dominio de sí mismo.
El momento presente resulta entonces luminoso, saludable, reconfortante.
Y ¿cuál es la mejor versión de una época?
¿Cuándo un año, un lustro, un sexenio, una década o un siglo es considerado como heróico, con elevación y avance, con resultados óptimos?
¿Cuándo un lapso resulta recordable e inolvidable? Se dan cambios cualitativos, no sólo cuantitativos, se estrenan niveles superiores, se experimenta un bienestar generalizado, se multiplican los aciertos, las soluciones para todos, se desconcentran los satisfactores y hay acceso sin exclusiones a los bienes básicos.
En esa versión surgen las comunidades humanas sanas y productivas, limpias y generosas.
Se multiplican las virtudes sociales porque las versiones personales se están sumando para un total que resulta ser la mejor versión de una época.
Lo pésimo por mediocre se derrite como la nieve cuando sale el sol, las alimañas huyen por la luz que llega al levantar la piedra o como las fieras que se van en desbandada cuando se incendia el bosque.
Cada persona ha de soñar su mejor versión y cada generación ha de imaginar la mejor versión de su época.
Hay coyunturas, aprovechables y rupturas que parecen pérdida y son liberadoras.
Hay ventarrones que parecen desastrosos y son los que hacen posible el vuelo hacia lo alto.
Hay una tarea en cada conciencia individual y en cada conciencia social.
Bastaría que cada quien viviera la mejor versión de sí mismo en cada momento presente.
Eso sería vivir y dar vida para alcanzar la mejor versión de una época temporal, lanzada hacia un destino eterno...