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La ola mediática y la justicia
Humberto estuvo preso ocho días y el hecho lo lanzó a la fama internacional. Fueron horas y horas de polarización. Las redes sociales hervían, su nombre se reprodujo y se retransmitió millones de veces. En Coahuila, sobre todo en Saltillo, las plegarias se difundían, los devotos del “Profe” hasta realizaron una peregrinación pidiendo a la Virgen Morena la libertad del presidiario.
Por otro lado, estuvieron las denuncias de los que saben del populismo y la demagogia de Humberto, de su derroche, despilfarro e impunidad. Muy bien lo describió Carlos Manuel Valdez Dávila en su texto del 24 de este mes en VANGUARDIA.
Usted ya lo sabe: el día 22 el juez de la Audiencia Nacional de España, Santiago Pedraz, acordó dejar en libertad al ex presidente del PRI, porque a su juicio quedaron suficientemente acreditadas las transferencias de 200 mil euros desde México a España, aunque como medidas cautelares se le retiró el pasaporte y se le prohibió salir del país.
Dicen que una imagen dice más que mil palabras, y algo hay de cierto en ello. La foto que circuló el sábado 23 es dramática, al obtener Humberto la libertad, salir de la cárcel y abrazar a su esposa Vanessa, su rostro revelaba aflicción, angustia, aunque usted no lo crea. Y es que, estar preso, aún en un reclusorio VIP, debe ser horrible, porque aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión y, además, este episodio, quiera o no, aunque lo declararan inocente, lo marca para siempre, ahora es un expresidiario.
Vale subrayar que el juicio penal al profesor motivó en muchos ciudadanos coahuilenses la expectativa de que su impunidad por fin fuera acotada y, a su vez, denunciaron la omisión de las autoridades federales y estatales mexicanas, que delata complicidad, injusticia y una absoluta falta de ética al ignorar la responsabilidad de Humberto en el asunto de la “megadeuda”, de la que él presume fue exonerado por la PGR. Estos hechos dejan ver que los mexicanos estamos en manos del gobierno de los peores, que se presentan como servidores públicos.
La hasta ahora libertad a Humberto Moreira por parte del juez Pedraz ha despertado sospechas de que la investigación de la Fiscalía Anticorrupción y de la Policía española tuvo deficiencias al no acreditar los delitos de blanqueo de capitales, malversación de fondos públicos y cohecho, a menos que el resolutivo de la Fiscalía sea recurrido.
De acuerdo con opiniones de juristas españoles, la decisión pareciera que tiene que ver con la influencia política de Humberto en México. Salta a la vista que, de ser como esos juristas aseveran, la capacidad de corrupción de los cómplices mexicanos del profesor brincó el charco y entonces la impunidad se confirmará.
Esta semana fue corroborado que Rubén Moreira contrató y pagó servicios a las empresas de espectaculares de su hermano Humberto. Más y más hechos muestran no sólo las consecuencias de una gestión gubernamental sin controles y sin rendición de cuentas, sino también que permite la normalización de la corrupción y el tamaño del desafío que enfrentamos para atajarla.
Por eso, lo menos que podría hacer ya el Gobierno Federal, mínimamente, es abrir una fiscalía especial e independiente que emprenda las investigaciones sobre la “megadeuda” de Coahuila y que proceda penalmente contra sus perpetradores, que se recupere el dinero hurtado y se reintegre a las arcas públicas del Estado.
Posdata
1. Un año y tres meses se ha extendido la remodelación de la Ciudad Deportiva, iniciada en octubre de 2014. Ha estado cerrada todo este tiempo y los deportistas están desesperados, pero María Esther Monsiváis y Rubén Moreira parecen ir tras la medalla de la ineficiencia.