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La publicidad de los partidos, lo mismo de siempre, insultos y denostación
Comenzamos otra vez la obsesiva y fastidiosa temporada de las campañas electorales en los medios de comunicación que acaban cansando a la población, y donde repiten una y otra vez el mismo anuncio en el mismo segmento.
Pasó el tiempo y los desangelados presidentes nacionales de los partidos no entendieron –a lo mejor se sienten creativos y novedosos– que no es por la vía del insulto, la denostación y ventilar los pecados de los otros lo que les hará ganar la elección. De veras, un poco más de imaginación. Se les olvidó que en el ámbito político en nuestro País es como la casa del jabonero: “el que no cae, resbala”.
No es posible el nivel de masoquismo que manejan cuando con nuestros mismos impuestos nos someten a este tormento de ver cómo, luciendo un alto grado de cinismo y descaro, se faltan al respeto entre unos y otros. Pareciera que el tiempo no pasa, que siguen casados con las mismas fórmulas y sobre todo denotan la falta de profesionalismo en temas de mercadotecnia, publicidad e imagen.
Sigue la misma dinámica, la búsqueda del poder por el poder mismo y de los intereses de grupos de poder, el bien común es un concepto utópico e idealista que nos lo dejan a los soñadores, al final del día “el fin justifica los medios”, ¿no?
Estaría bien que dejaran de infravalorar nuestra inteligencia y que sepan que somos muchos ciudadanos los que tenemos una memoria, de corto y largo plazo, bastante nítida, y que la larga lista de dislates que han cometido en la historia reciente la tenemos siempre muy presente.
El colmo se da con esta alianza absurda, donde a los dirigentes se les olvida el tema de la ideología y sus plataformas doctrinarias, de lo que significa el iusnaturalismo y el iuspositivismo, pensándolo mejor, no creo que se les olvide; asumo que la ignorancia y la necesidad de retornar por sus fueros son más importantes que los principios que le dieron vida y sentido a los partidos. ¡Pobres fundadores!
Carencia de argumentos, falta de autocrítica, saneamiento de las filas de los partidos y, lo nuevo, el acuse de recibo sobre temas de salud, desigualdad, inseguridad y pobreza, como si fueran nuevos en este País atormentado por los malos gobiernos.
El Instituto Nacional Electoral (INE) afirma en su portal que los partidos políticos “tienen como objeto promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo”. Sería muy bueno que se cuestionaran a partir de estas precampañas si realmente responden a esta expectativa.
Promover la participación ciudadana no es lo mismo que promover la división social, los enconos y la polarización que estos cortos anuncios de publicidad promueven por todos lados. Menuda manera de entender lo que significa promover la participación ciudadana.
Si lo que quieren es mantener el registro, hacer alianzas absurdas, vegetando, sirviendo a intereses de grupos de poder, entonces está claro que el bien común no es lo que interesa a los partidos; son los intereses, el negocio y el poder que confunden con lo que realmente debiera de ser la democracia.
Son 7 mil 200 millones de pesos los que destinó el INE para la campaña de 2021. Para emprender un negocio o una empresa, usted requiere una inversión inicial, otra intermedia, quizás pedir un préstamo o hipotecar sus posesiones. Para formar un partido no, todo es ganancia, seguimos en la misma dinámica, los dirigentes de partidos cambiaron, pero la necedad, la avaricia y el deseo de poder siguen siendo el eje matricial de sus decisiones. No por nada en las encuestas realizadas, una y otra vez, no importa el tiempo, el grupo en el que menos se confía, adivinó, son los partidos políticos.
Dice Giovanni Sartori, en su libro “Partidos y Sistema de Partidos”, que éstos aparecieron para buscar consensos, hacer posible el debate de ideas, pero sobre todo para incentivar la participación ciudadana, pero agrega que el problema radica en que degeneraron en centros de poder y en ese sentido agudizan los conflictos. ¿Qué resultará de este tipo de publicidad perniciosa y agresiva en la que siguen metidos los partidos en México?
Más conflictos. No es el insulto y la denostación lo que debe de promoverse en estas precampañas, son planes y proyectos, son propuestas frescas, nuevas, sinceras, realistas que sumen y multipliquen, no que resten y dividan. Así las cosas.