Ya comentamos hace un mes por aquí que el 2016 fue indudablemente un año que imperó el terror, pero no sólo por acontecimientos de la vida real, sino por los estrenos del género en cine.

Esto tras el estreno nacional en el último mes del año de “Estación Zombie: Tren a Busan”, del cineasta coreano Sang ho-Yeon, que como mencionamos en su momento cerraba con “broche de oro” doce meses de muy destacados estrenos del género del terror como hacía años no sucedía ya que además de efectivas secuelas como “El conjuro 2”, de James Wan, o “Ouija 2: El origen del mal”, de Mike Flanagan, hubo sorpresas tanto del cine independiente como de grandes estudios de Estados Unidos desde cintas como “La Bruja”, de Robert Eggers a “No respires”, del uruguayo Fede Álvarez, entre otras más.

Con esos antecedentes, lo que esperábamos sobre todo en vísperas de un emblemático viernes 13 como el que viene el día de mañana, es que iniciáramos el 2017 con un estreno que diera buena continuidad a esta racha, pero vaya que en ese sentido nos llevamos un gran chasco porque justo el jueves pasado cuando se estrenó la también no muy gratificante “Assasin’s Creed”, de Justin Kurzel, de la cual ya hicimos un debido comentario, llegó a las salas de cine del país la última película del género que en su caso cerró el 2016 en las salas de cine norteamericanas… pero que tan mal le fue que se perdió en medio de los estrenos de la temporada navideña.

La película en cuestión se tituló en español “La Reencarnación”, y desde ahí es engañosa, puesto que en inglés el título correcto es “Incarnate” o “Encarnar”, ya que la historia que nos cuenta si bien es (o intenta ser) aterradora nos cuenta la historia del Dr. Ember (Aaron Eckhart), un científico paralizado a raíz de un accidente que le costó la vida a su esposa y su pequeño hijo que desde ese incidente posee la habilidad de adentrarse en la mente de las personas poseídas por lo cual es aproximado por Lindsey (Carice Von Hoiten), la madre de un niño neoyorkino al que un exorcismo que le han hecho sacerdotes representantes del Vaticano no  pudieron extraerle un espíritu maligno y acude a él como último recurso.

El problema es que Ember justo acaba de decidirse por alejarse de todo esto hasta que de tanta insistencia conoce finalmente a Cameron (David Mazouz) y ese encuentro lo hace cambiar de opinión sin saber que al hacerlo, de forma literal, se verá forzado a enfrentar a no menos temibles demonios de su propio pasado.

“La Reencarnación” es sorprendentemente dirigida por el cineasta canadiense Brad Peyton, y sí sorprende porque si bien ha hecho bien su chamba de entretenimiento palomero en cintas de acción y aventuras protagonizadas por Dwayne Johnson “La Roca” como “Viaje al Centro de la Tierra 2: La isla misteriosa”, del 2012, o “Terremoto: La falla de San Andrés”, del 2015, aquí  no sólo no da miedo, sino provoca una tremenda flojera que lo que sí ocasiona es que muchos que se sienten a verla salgan de la sala... pero por lo mala que es. Evítela como la plaga.

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