Por: Martín Franco Vélez

Un libro que cuenta una historia acontecida frente a nuestros ojos y que hemos dejado pasar de largo, muchas veces, sin verla. La investigación y narración de María McFarland en Aquí no ha habido muertos, sobre el auge y expansión del paramilitarismo, es desgarradora pero necesaria, sobre todo en este presente que nos toca. Impresionante la valiente historia de Iván Velásquez, ex magistrado de la Corte que acaba de ganar el Nobel alternativo por cuenta de su trabajo en Guatemala, a donde tuvo que salir exiliado. Lean ese libro, les garantizo que revuelve el estómago con fuerza. Para muestra, un pequeño botón: “«¿Usted nunca ha visto a alguien morir comido por hormigas?». La pregunta echó para atrás al periodista investigativo Ricardo Calderón, pero el hombre que estaba con él siguió hablando, de hecho, señaló un hormiguero rodeado por cuatro estacas con cadenas atadas a ellas. «A los informantes y guerrilleros los ponemos allí con panela. Duran tres días mientras se los comen las hormigas». El abogado le estaba dando a Calderón un tour a principios de 2006 de una finca inmensa en una de las cumbres cercanas al río Magdalena, propiedad de su cliente, un líder paramilitar conocido como ‘El Águila’. Sumada al hormiguero, Calderón advirtió una gran tabla, llena de agujeros de bala, con grilletes, sobre la que ataban a sus víctimas los paramilitares y jugaban tiro al blanco…”

Aquí no ha habido muertos
Autor:María McFarland
Ed. Planeta; 2018, 416 pp.