La última vez

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La última vez

Esta semana leí un tuit no convencional. No era sobre política o sobre Trump y lo simpático y agradable que es; no era sobre AMLO y su 4T destruyendo al País o convirtiéndolo en un paraíso terrenal (al parecer sólo hay esas dos opciones); no era sobre si el cambio climático es real o no; tampoco sobre cosas realmente importantes como los Saraperos de Saltillo, el Cruz Azul o los Acereros de Pittsburgh. El tuit, que está en una cuenta de un aspirante a comentarista deportivo que generalmente es divertido y poco serio, me dejó pensando por varios días y comparto mis impresiones con quien se haya animado a leer estas líneas.

En el tuit de @BobMenery (cuenta que clasificaría con PG-13 por uso de lenguaje florido) nos dice: “arruinaron mi día”, justo encima de una fotografía que muestra a 9 niños de unos 12 años de edad con bates y guantes de beisbol parados sobre un terreno baldío y con el siguiente texto impreso sobre la foto: “En algún punto de tu niñez, tú y tus amigos salieron a jugar juntos por última vez y nadie lo sabía”.

Leí la frase (de autor desconocido) varias veces, pensando que cada vez que la leía se me llenaría un poco el hueco en el estómago que me dejó la primera vez. Regreso ahora a leerla por vigésima ocasión sin darme cuenta que seguramente ya la memoricé y el hueco en el estómago sigue ahí. Sin duda una frase que me puso a pensar que aunque tengo muchas y muy claras memorias de hace más de 30 años, no puedo recordar la última vez que jugué con mis primos y amigos en la Granja Felán (Monclova). Esos días de verano que empezaban muy temprano y en los que un día normal incluía futbol en casa de Chuy y Juan Ernesto, a veces retando al equipo de los vecinos de la colonia San Miguel, comandado por el famoso “Pato”; futbol americano en el jardín que separaba la casa de Gerardo de la de Miguel y Poncho; tiro al blanco en casa de los abuelos con el tío Alí o espantar a los zopilotes de los altísimos sabinos por instrucciones del abuelo Alfonso; pedir “prestadas” unas granadas (frutas, no de fragmentación) de la banqueta frente a la casa del tío (doctor) Pepe Calderón; jugar futbeis en el cuadro de cemento atrás de la casa de los abuelos; organizar carreras de varitas en la acequia –con agua del río Monclova– que cruzaba toda la granja; jugar a las escondidas en la construcción del tío Alfonso y la tía Clarisa; ir a la farmacia San Vicente por una paleta helada o al estanquillo junto a la clínica del magisterio por unos cacahuates con salsa y una Mirinda. Sentimientos similares al pensar en mis días jugando en la colonia Jardín (Saltillo) y sus alrededores, con los Recio y sus vecinos (del Bosque, Rodríguez, Zertuche). Futbol, beisbol, futbol americano en “el terreno” o en la calle; andar en bicicleta y hasta motocicleta o jugar beisbol más organizado en los terrenos junto al Pollo Loco, justo donde ahora existe una gigantesca plaza comercial.

Sin duda hay fechas y momentos muy claros en nuestras vidas en los que existe una planeación. Pero así como en la niñez nunca supimos cuándo fue la última vez que festejamos un gol en un juego callejero de futbol, a medida que recorremos nuestra vida habrá eventos, encuentros y desencuentros que llegarán por sorpresa y pasarán sin que nos demos cuenta que esa fue, tal vez, la última vez. En mi caso, quisiera haber sabido que ese fin de semana de pesca en Tamaulipas con mi papá y mi abuelo no se repetiría. Quisiera haber sabido que nunca regresaría a ese rancho cerca de San Rafael. Quisiera haberle dicho a mis hijos que estaba casi seguro que aquel día, hace casi 3 años a la fecha de hoy, sería la última vez que verían a su abuelo despedirse de ellos. Aun así, tratar de hacer memoria de esas “últimas veces” nos puede traer una sonrisa al rostro, aunque nos sintamos tristes por no haber entendido que tuvimos muchas últimas veces, porque seguiremos teniendo la oportunidad de vivir episodios sabiendo que pueden ser la última vez.

La imagen del tuit es una foto de los personajes principales de la película “The Sandlot” (Nuestra Pandilla) que se estrenó hace más de 25 años y que además es muy recomendable.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com