La vida es dura, el sufrimiento es opcional, consejos para dejar de sufrir

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La vida es dura, el sufrimiento es opcional, consejos para dejar de sufrir

Foto: Archivo
En esta edición de LIFEadvice, Coach Kim comparte algunos consejos para enfrentar las dificultades y ver sentido y propósito en todo.

Pregunta:
Mi vida es un lío en este momento con un problema tras otro. El futuro parece ser francamente sombrío y estoy luchando con todo, inclusive con querer salir de la cama a la mañana. Honestamente, siento que tengo una cuota injusta de problemas, son situaciones que parecen tener pocas perspectivas de mejorar y realmente estoy furiosa también con Dios. Usted suele escribir que debemos confiar en Dios, pero en mi opinión me soltó la mano y no está haciendo muchas cosas buenas por mí. Ya no confío en Él y no puedo seguir haciéndolo porque las cosas empeoran. ¿Algún otro consejo que me ayude a manejar este desastre de vida que me tocó?

Respuesta:

Lamento que su paso por el aula de la vida esté siendo tan árido en este momento. Usted se siente mal no sólo debido a las situaciones negativas que está experimentando sino también por cómo las piensa.

Lo más importante que debe entender en este momento es que todo lo que piensa proviene de su perspectiva adquirida. Pero la manera en que ve su situación y cómo se siente al respecto no es nunca su única opción. Hay otras maneras de verlo, que podrían cambiar totalmente su forma de sentir.

Entiendo que sea escéptica, porque las malas situaciones son malas más allá de cómo se vean, pero por increíble que parezca, verlas de otra manera puede darle esperanza, agregar sentido a las experiencias y hasta disminuir el sufrimiento en cierta medida.

En este momento, su perspectiva con respecto a su vida proviene principalmente de su programación subconsciente y es muy probable que esté anclada en el miedo, que sea negativa y tenga un alcance limitado. Esto ocurre porque la mayor parte de nuestra programación subconsciente es adoptada antes de los 5 años. Por ende, a veces podemos ver la vida a través de una lente muy inmadura, impotente y simple.

La cuestión es si usted está dispuesta a analizar su situación desde otra perspectiva. ¿Está abierta a cambiar su mentalidad en cuanto a qué significan las experiencias difíciles que está atravesando? ¿Está abierta a dejar atrás su historia de víctima?

Se lo pregunto porque algunos quedamos sujetos a nuestras historias de víctima. Éstas pueden hacernos ganar amor solidario y hasta a veces pueden disculpar nuestra conducta inmadura. Algunos tenemos miedo de no poder cambiar y no estamos seguros de querer hacerlo.

Yo espero, desde el momento que usted me escribió, que esté lista para salir de esta mentalidad negativa y crear felicidad en su vida a pesar de las privaciones.

Helen Keller (que no tuvo precisamente todo a su favor) dijo: “Aunque el mundo esté lleno de sufrimiento, también está muy lleno de superación”.

Ella tenía un punto de vista muy interesante respecto de los inconvenientes y desde el momento que sus problemas eran tan grandes, me parece que tiene credibilidad en este tema. En su libro “Light in Darkness”, escribió “Agradezco a Dios mis deficiencias, porque gracias a ellas me encontré a mí misma, descubrí mi vocación y hallé a mi Dios”.

Ella eligió ver a Dios como el autor de todas las cosas y pudo, por ende, optar por ver sentido y propósito en las circunstancias difíciles que Él creó para ella. Esa es una opción de perspectiva nueva pero requiere que usted considere que el fin último de Dios es nuestra educación y nuestro crecimiento. También requiere que usted le dé el beneficio de la duda pensando que cada experiencia que usted vive es útil para usted, la fortalece y la educa.

Usted podría optar por ver el universo como un maestro sabio, que sabe que para aprender tenemos que entender las profundidades del bien y del mal, de la alegría y el sufrimiento, de la confianza y el miedo. El universo nos brinda, pues, todo un espectro de experiencias humanas interesantes, muchas de las cuales no son realmente agradables. Pero el propósito en todo es que nos sirva, que nos eduque y nos haga mejores, más sabios y más afectuosos.

Creo que el universo trabaja como representante nuestro y elige crear (conjuntamente con nosotros) nuestra aula perfecta con todas las lecciones que necesitamos. Creo que la mayoría de los cursos difíciles en los que me inscribo fueron decisión mía, pero también hay otros en los que no recuerdo haberme inscrito.

Algunas de estas pruebas son creadas, me parece, por un universo sabio que sabe exactamente qué deberé aprender para poder cumplir mi misión en la vida. Enojarse con el universo porque envía estas lecciones no cambiará nada. Estar agradecida por estos desafíos es difícil, pero creo que me siento mejor cuando practico la confianza.

Digo “practico” porque no lo hago a la perfección, pero entiendo que es una opción. Confiar en el proceso de la vida (en que el universo está de mi lado y trata de bendecirme con estos retos) es una elección que debo hacer a cada minuto de cada día. Este momento es el único momento en que tengo el poder, pero siento que me sirve porque la única otra opción es la ira, los celos, el arrepentimiento, el desaliento y la decepción, y crean una baja energía que me drena y me hace sentir aún peor.

Una de mis historias favoritas sobre este tema tiene que ver con Jon Mundy y su libro “Living a Course in Miracles”. Habla de un hombre que quedó varado en una isla luego de un naufragio y rezaba febrilmente por su rescate. Durante días, monitoreó el horizonte y no vio nada. Dadas las circunstancias, hizo todo lo que pudo y construyó un refugio y prendió una fogata para cocinar alimentos. Encendió el fuego allí y transformó él solo su choza en una casa. Un día, mientras estaba buscando comida, unas ramas encendidas provocaron un incendio en la casa y ocurrió lo peor, perdió todo. Además de estar solo y varado, ahora había perdido todo lo que tenía. Sacudido por el dolor y la rabia, gritó: “¡Cómo me haces esto! ¿Por qué esto sobre todo lo demás?”

Al día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. “¿Cómo supieron que yo estaba aquí?” preguntó el hombre cansado.

“Vimos su señal de humo”, fue la respuesta.

El truco está en confiar en que el universo sabe lo que hace mientras vemos cómo se quema nuestra casa. Me doy cuenta de que esto no es fácil, pero vale la pena practicarlo porque disminuye de alguna manera el sufrimiento. 

Viktor Frankl, sobreviviente del Holocausto (que también tiene cierta credibilidad para mí en el terreno del sufrimiento) dijo que las personas que mejor soportaban Auschwitz eran las que veían un propósito y un sentido en el hecho de estar allí. Dijo: “El sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando encuentra sentido”. Lo que quería decir es que ver la vida como un aula perfecta le da al menos a cada experiencia un sentido y un propósito. 

Cambia nuestra perspectiva de una manera profunda que nos ayuda.

Si personas como Helen Keller y Viktor Frankl pudieron encontrar sentido y propósito en los problemas de su vida, y si eso los ayudó, creo que funcionará para nosotros. Aquí van otros consejos para avanzar en las zonas difíciles del recorrido:

1. Escriba 10 aspectos positivos que podría crear cada problema en su vida. (Viktor Frankl y los sobrevivientes del Holocausto usaban este mismo ejercicio y se les ocurrían cosas como un mayor aprecio de las pequeñas bendiciones, más solidaridad con los que sufren, un bello deseo de hacer que cada momento cuente.) Si ellos pudieron hacer esto, usted puede hacerlo.

2. Concéntrese en lo que está bien, no sólo en lo que está mal. Practique la gratitud a diario por sus bendiciones por pequeñas que sean. En mi sitio web hay una excelente planilla que puede ayudarle a ver que las bendiciones superan a los problemas todo el tiempo. (The Nature of Life Worksheet).

3. Concéntrese en los demás. Piérdase al servicio de los otros. Encuentre a otros que están en circunstancias iguales o peores que usted –son muchísimos. Cuanto más se concentre en las personas en circunstancias peores, mejor se sentirá.

4. Escriba cómo quiere que termine esta historia. Si su vida fuera un libro o una película ¿qué querría que sucediera ahora? Siéntese y escriba una historia donde el héroe (usted) maneje este momento difícil y se eleve por encima de él y termine victorioso. Escriba cómo podría lograrlo y qué actitud mental requeriría en este preciso momento. Propóngase decidir que este camino avance. A veces el hecho de ver un camino nos da esperanza. Luego mantenga la fe en que, pase lo que pase, el universo sabe más y está tratando de darle fuerzas.
Usted puede hacerlo.