La protagonista vive frustrada por muchas cosas, ¿a ti qué te frustra de la industria del cine?
“(Suspiro) Pues sí tengo muchas frustraciones personales, me parece que no hay buenos mecanismos de producción. Que en el caso de estos proyectos que son apoyados por un estímulo fiscal tendría que ser un poco más riguroso, tendría que haber como un banco de patrocinadores o gente que dé dinero a la industria del cine en general y no el amigo que tiene la industria o el vínculo. Todas estas personas que participan como auspiciantes, como patrocinadores de la película, que saben qué película van a apoyar, no tendrían por qué tomar una decisión artística. Porque entonces casi casi que los parámetros artísticos tienen que ver con la gente que da el dinero. Habría que tener algo más regulado en ese sentido, me parece. Y me frustra eso, porque creo que hay muchos buenos proyectos en México que no son filmados porque no creen en ellos, no tienen el género, no llevan a los actores. Son películas que hacen pensar y la gente no quiere pensar. Son muchas frustraciones personales. A mí me encantaría vivir sólo del teatro, por ejemplo, hacer teatro y hacer proyectos padres pero no puedo vivir de eso, tengo que hacer tele y tengo que hacer otras cosas. Uno es frustradito de por sí en la vida. Llegar aquí en tráfico, ya soy un neurótico del tráfico, me gusta andar en bicicleta, pero sé que no puedo andar en bicicleta con saco y es un desastre. Toda la vida es una frustración grande”.
¿Qué opinas del boom de comedias románticas mexicanas recientes?
“Pues ya te lo dije. Me parece que tendría que haber un equilibrio más fuerte y que la gente que regulara eso tendría que ser como un poco más con influencias culturales, artísticas, para hacer más rica la industria. Es alucinante como los productores de todo matan a la gallina de los huevos de oro. ‘Ay, a la gente lo que le gusta son las narconovelas, hagamos 35 mil series sobre narcos’. Puta, ya todo el mundo está vomitando narcos. ‘Ah, biopics, todas las series van a ser sobre la vida de los famosos… ah… comedia romántica…’ Eso es como el impulso comercial de la gente que toma decisiones sobre las películas que se hacen en este país. Entonces bueno, creo que tendría que estar más equilibrado. Una comedia, luego un drama y la gente estaría educándose en sus gustos, para ver todo”.
¿Cómo ves el futuro del cine en el país?
“No sé. No sé si hay algo que esté regulando. Por ejemplo, ahorita estamos más preocupados por el Tratado de Libre Comercio y las condiciones en las que se tiene que hacer ese tratado a nivel cultural, para que se modifiquen muchas cosas y nosotros tengamos una industria sólida a nivel cinematográfico. Los contenidos ahorita no son tan importantes, porque ahorita hay un pleito más grande que ganar. Mis hijas estudian cine y no están en el país, estudian en Europa y no sé si se quieran regresar. Espero que se quieran regresar a México a hacer cine, me encantaría, pero sí tienen que cambiar las condiciones. Mi hija quiere escribir cine, pero dice, ‘los contenidos que se hacen en México no son los contenidos que yo quiero hacer, yo no quiero hacer comedias románticas, yo quiero hacer otro tipo de cine’ y pues aquí está muy difícil”.
¿Qué consejos les das?
“No pues que está bien que estén allá estudiando y que estén desarrollando otras maneras de hacer cine. Si en algún momento en este país se puede hacer otro tipo de cine, seguramente estarán aquí conmigo”.