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‘Más cornadas da el hambre’: La paternidad es el vínculo existencial con la vida
“Se torea como se es”. Respondió en una ocasión “El Cordobés”. El famoso torero español que revolucionó el arte del toreo hace 60 años. Su respuesta no solamente es muy castiza y original, es existencial sin pretenderlo. Define el hacer y el creer, la responsabilidad comprometida que descubrimos en las personas cuando decimos de ellas “asi es él o ella”. Refiere el centro y el fundamento del vivir y del actuar consistente, no aleatorio; el carácter que su historia personal ha ido construyendo.
Esta afirmación contundente de “El Cordobés”, se complementa con otra muy famosa de él, que define el sinuoso camino de su llegar a ser no sólo revolucionario, sino arriesgado como muy pocos, ante los puñales de un “miura” de 500 kilos. Le preguntaron por qué arriesgaba su vida a ese grado y respondió con otra frase que quedó para comprender la motivación y la historia de los necesitados: “más cornadas da el hambre”.
Los padres reciben calificativos de todos los colores y sabores. Hay algunos negros y amargados, hay otros blancos, ingenuos y tan maleables como la plastilina, agrios o dulces y los hay también agridulces. Existen los ausentes y los presentes en el vivir de sus hijos(as), los indispensables y los accesorios, como una simple aplicación de un celular, los responsables del desarrollo integral y los obsesionados por el éxito social, económico o académico, los excluidos por el temor que desparraman y los incluidos por la comprensión que difunden, los que sonríen y acarician y los que aprendieron a ser jueces irreconciliables, en una palabra, los “que torean a los hijos como se es”. No admiten el aprendizaje de la paternidad, simplemente repiten un molde, un estado de ánimo o un patrón generado por una cultura anterior: la de sus padres, abuelos. Solamente, como malos toreros, esperan que les salgan unos hijos mansos, maleables y que embistan sin tirar cornadas.
Hay otros padres, hoy más que nunca, que aprenden a ser padres a pesar de las dificultades. Las cornadas que da la vida como la orfandad y carencia de un modelo de paternidad, el desempleo por una pandemia, el riesgo de un contagio mortífero, la inseguridad y el hambre familiar son altos riesgos que generan una, no sólo responsable paternidad, sino un carácter paterno que tiene que ser y aparentar esperanza, serenidad, heroico esfuerzo y sonrisa en medio de la tormenta que no termina.
La paternidad al igual que la maternidad es el vínculo existencial con la vida. Limitarlo a una serie de obligaciones y responsabilidades significa atender solamente a su aspecto operativo y temporal con el que se evalúa correcta o incorrectamente la evolución de la calidad del “ser” humano. La paternidad es una razón ineludible de ser persona en el hoy y en el imprevisible mañana.
Ser padre de alguien no es un privilegio, es recibir la oportunidad de trascender a pesar “de las cornadas del hambre”.