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Más partidos políticos… para qué tantos y qué hacen
Dice Giovanni Sartori en su libro “¿Qué es la democracia?” que la partidocracia degenera en centros de poder y que al mismo tiempo agudiza los conflictos. ¿Qué opina usted? Porque el Instituto Nacional Electoral (INE) en su portal afirma que los partidos políticos “tienen como objeto promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo”.
¿De verdad lo hacen? Es decir, “promueven la participación de los ciudadanos en la vida democrática (…)”. Cómo, cuándo o en qué momento si sólo se dejan ver en tiempo de elecciones, digo, si acaso. Fuera de ahí, no los vemos durante un trienio o en un sexenio.
Por supuesto, no hay evidencia de que promuevan la participación democrática y lo que el INE dice tienen los partidos como objeto formal de su existencia. De lo que hay evidencia es de lo que buscan: conseguir el 2 o 3 por ciento de las votaciones –cuando hay– para mantener el registro, es decir, reptan. Si promover la participación ciudadana es hacerlo a través de spots en tiempos electorales, pues entonces sí lo hacen. Otros viven, perdón, sobreviven haciendo alianzas, vegetando, nadando de muertito, sirviendo a intereses de grupo por una razón muy simple: no es la democracia lo que buscan, es el negocio.
Grupos políticos como el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Verde Ecologista, el Partido del Trabajo (PT) o el Movimiento Ciudadano, ¿los hace en el mundo? Digo, a menos que usted tenga adhesión a ellos. La ideología, las plataformas doctrinarias, los valores partidistas, salieron sobrando. La verdad es que siempre necesitan de otros partidos. Siempre los verá en alianzas. ¿Se trata de eso?
La necedad, la avaricia y el deseo de poder salieron a relucir. Muchos personajes que ya participaron en otro tiempo y que han visto en la creación de un partido político un negocio bastante rentable, se acostumbraron a vivir del erario público y las instituciones que deben de promover la democracia, siguen manifestando su adhesión a acuerdos que no están escritos en piedra y que escapan a la lógica más elemental ¿Para qué tantos partidos?
Para emprender un negocio o una empresa, usted requiere una inversión inicial, otra intermedia, quizás pedir un préstamo o hipotecar sus posesiones. Para formar un partido no, todo es ganancia. En Estados Unidos los partidos pasan charola a través de cenas o encuentros, aquí nosotros los mantenemos con la partida que da la Federación al INE. En México, los mantenemos usted y yo, para que se dé una idea: en 2020 fueron destinados 5 mil 239 millones de pesos para los partidos, según el Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
No por nada a la hora de preguntar en qué grupos se tiene más confianza en México, en 2018, Latinobarómetro en su encuesta anual reporta que del 100 por ciento de los encuestados sólo el 11 por ciento de los mexicanos confiaba en ellos y en la ENCIVICA 2017-2023, elaborada por el INE, el nivel de confiabilidad es sólo del 19 por ciento. Lamentable.
Hace dos años, siete asociaciones solicitaron al INE su registro como partido (https://cutt.ly/4fnZjAS). La mayoría de ellas conformadas por personajes de dudosa reputación que ya participaron en otro tiempo, que tuvieron rompimientos –siempre por el tema del poder, por el poder mismo– o que definitivamente vieron en ello el negocio rentable del que ya se hablaba.
Ayer –04 de septiembre– el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) entró en sesión para determinar la elección de dos partidos más. Sé que esté de por medio el derecho de asociación y también el derecho a participar en la vida política a través de los partidos, pero sigo con la misma pregunta: ¿tiene lógica que sigan aceptando partidos que no van a promover la vida política y se van a dedicar a vivir de nuestros impuestos y sobrevivir para reclamar la partida que les corresponde? Le recuerdo, es la Secretaría de Hacienda quien destina la partida anual al INE para su operación y para los partidos y lo toma de sus impuestos.
Grupos de poder, beneficio para algunas familias, intereses de grupo y pocas, pero muy pocas veces el interés común es lo que ha estado en la base de las intenciones de facciones que luchan no por la democracia, sino por mantener el registro. Facciones, no partidos porque, como afirma Max Weber en “La Política Como Vocación”, los grupos políticos son facciones cuando buscan solamente el interés personal o de grupo, y comienzan a ser partidos cuando buscan el bien común –el bien de todos–. La verdad es que si no fuera por el PRI, el PAN o Morena, las facciones, perdón, los partidos no existirían.
Aparecieron para buscar consensos, hacer posible el debate de ideas, pero sobre todo para incentivar la participación ciudadana, el problema es que, como dice Sartori, degeneraron en centros de poder y agudizaron los conflictos. Después de esta reflexión, sigo con la pregunta: ¿para qué tantos partidos?