‘Me golpea, pero la amo’

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‘Me golpea, pero la amo’

ESTIMADA ANA:
Conocí a quien ahora es mi esposa hace más de 15 años, de los cuales cuatro fuimos novios y luego nos casamos. De esa relación como esposos tenemos dos hijos.

Desde que éramos novios teníamos pleitos, pero como estaba ciego de amor dejé pasar por alto muchas cosas, insultos, celos etc. Luego de casados todo continuó igual y fue empeorando. 

Cabe aclarar que cuando nos casamos, yo estaba todavía en la universidad, pero por “consejo” de mis suegros, abandoné la carrera para trabajar en su negocio familiar. 

Desde entonces y hasta la fecha, hemos tenido pleitos a diario y por cualquier cosa. Si logramos tener 2 o 3 días sin pelear es una bendición de Dios. Muchas de esas peleas llegaron hasta los golpes (debo aclarar que quien lanzó el primer golpe fue ella y yo por defenderme de los golpes también la agredí). 

En promedio, al año pelamos unas tres veces, con golpes de ella hacia mí y por mi parte sólo hay defensas (aunque a veces sí me dan ganas de responderle como se merece, creo yo). Una vez me vio despidiéndome de beso en la mejilla de compañera de trabajo y eso terminó con mi boca partida y varios moretones. 

Cuando llegó el momento y me separé de mi suegro para trabajar por aparte, ella me obligaba a cocinar el almuerzo antes de ir a trabajar porque según ella se quedaba en casa con mi hija y “no era justo que yo trabajara y no hiciera nada más en la casa”, por otro lado, los fines de semana, la ropa la debía lavar a mano (no tenia lavadora automática). 

Ahora es peor, pues mi trabajo me permite estar 4 o 5 días a la semana libre en las mañana y ella dice que como ella trabaja medio tiempo, en la mañana debo ayudar en la casa, pero termino haciéndolo todo, pues yo cocino, lavo la ropa, (la ropa de ella, me obliga a lavar a mano a pesar de que ya tenemos lavadora automática). Arreglo la casa, debo ayudar a mis hijos con sus tareas; en fin, el primero en levantarse en la mañana soy yo y también  el último en acostarse por la noche. 

Ella prácticamente no hace nada por las tardes y se justifica que llega cansada. Mi sueldo se va en todos los gastos de la casa y como no me alcanza, ella pone el resto y me humilla por esa razón. 

Jamás tengo dinero en mi cartera a nos ser que ella me los dé porque no puedo disponer de mi sueldo a mi voluntad.Ella maneja las finanzas del hogar, jamás hace valer nada de lo que hago, para ella siempre la casa está mal arreglada, no está como ella quisiera verla, la ropa esta mal lavada, en cada pelea los insultos son peores, cuando se enoja me dice “no eres hombre, parces mujer como te quejas” (cuando le reclamo que yo hago todo en la casa).
 En definitiva mi vida diaria depende del estado de ánimo con el que ella se levante, si está de buen o mal humor, ella toma todas las decisiones. 

Dudo en separarme de ella porque todavía la amo y por amor a mis hijos, creo que ellos dos merecen criarse con sus padres y eso me ha detenido varias veces para irme de la casa. Me he imaginado solo y me da mucho temor y tristeza irme, pero cada vez es peor o simplemente no la aguanto por toda su forma de ser conmigo (hablando de cuestiones íntimas, entre ella y yo ya no hay nada, dice que eso no le llama la atención y que para ella eso no tiene importancia, por lo que a diario le insisto, pero sólo accede unas cuantas veces, no le gusta desnudarse porque dice que le da frío). 

Espero no aburrirla con tanto, pero de esta manera me desahogo un poco al menos. No sé qué debo hacer, por favor ayúdeme no quiero despertar teniendo 50 años y darme cuenta que pude arreglar mi vida. 

ADOLFO
 
ESTIMADO ADOLFO: 
Desde el momento en que hay golpes, independientemente quién haya empezado, ya hay una grave falta de respeto y es urgente que busquen ayuda profesional para solucionarlo, pues lejos de proteger a sus hijos, los tienen en un ambiente de violencia y eso es peor que una separación.
Intenta (y ojalá lo logres) hablar con ella, planteen la opción de recuperar su matrimonio, pero sobre todo recuperar el respeto mutuo. Es imposible que un matrimonio esté basado en golpes, humillaciones y ofensas, ni ustedes como personas ni sus hijos se merecen vivir de esa forma. 

Muchas veces, por más enamorados que estemos, es necesario cuestionarnos si es lo que queremos para el resto de nuestras vidas, como bien lo dices, no esperes a que el tiempo pase y te arrepientas de no haber hecho algo más por ti; algo más por tu felicidad.
 
ANA