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Mexicanas presas, víctimas del narco
CDMX.- Paula Álvarez es la única mexicana en la cárcel de mujeres de Cartagena, Colombia. En 2015 fue detenida con más de dos kilos de cocaína en el aeropuerto de la ciudad. Aún le faltan tres años para terminar su condena. De 2011 a 2015 se tiene el registro de 2 mil 443 mexicanos presos en el extranjero, sin contar Estados Unidos. Dos de cada 10, es decir 446, son mujeres. Su principal delito: servir como mulas del crimen organizado.
Cada año, en promedio, 100 mexicanas terminan en alguna prisión fuera del País, según los datos de la SRE, pero esta cifra podría ser mayor.
Colombia es el sitio en el que es más visible el incremento con mexicanas presas en ese país. En 2011 tenían el registro de dos mexicanas presas y en 2015 la cifra subió a 21.
En febrero de 2015, Paula, de 39 años, llegó a Cartagena en un vuelo proveniente de Cancún. Durante su viaje tenía que recoger un paquete con droga y volver a México, pero no lo logró.
EL INTERCAMBIO
Su martirio inició en los últimos días de enero de 2015, cuando recibió llamadas de un hombre desconocido. “Sólo me decían ‘hablamos de parte de Quique —un hombre que conoció en un trabajo anterior— y queremos que labores con nosotros’. Desde la primera llamada me dijeron que sabían dónde vivía, todo sobre mi mamá y mi hijo”. “Un día ‘El Nene’ —como se hacía llamar— me dijo: ‘Tu hijo está con unos amigos y está vestido de tal forma. Le llamé y estaba justo como me lo describieron”. El trato que le plantearon era simple. “Te damos un boleto de avión a Cartagena. Vas por un paquete, lo traes y ya”. Paula aceptó.
Recibió una transferencia de 500 pesos, un boleto de avión que salía de Cancún —su lugar de residencia temporal— y un correo electrónico con las últimas instrucciones. El 27 de febrero de 2015 llegó a Cartagena. “Llegó a buscarla al hotel un colombiano y me entregó un morral que parecía que no traía nada”.
Paula se dirigió al aeropuerto de Cartagena. Paula llegó hasta el módulo de migración, le sellaron su pasaporte. “A mi lado estaba un oficial y me pidió mi pasaporte. Me llevaron a un cuarto. Me dijeron que le harían una prueba al morral y yo tenía que pasar por una máquina que me iba a revisar todo el cuerpo”.
“Hasta el final supe que el morral tenía un doble forro en el que escondieron más de dos kilos de cocaína líquida. Cuando el oficial me preguntó si era mío no me quedo más que decir que sí”. Ese año ella no fue la única; en diferentes cárceles de Colombia, 21 mexicanas más quedaron detenidas. En el resto del mundo hubo 73 casos. Un centenar de mexicanas fueron encarceladas en diferentes países; 60%, es decir 58, por delitos contra la salud.