México y Ayotzinapa en el discurso de Hillary Clinton

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México y Ayotzinapa en el discurso de Hillary Clinton

Es indignante que no se haya resuelto Ayotzinapa, dijo Hillary hace unos días. Si ella estuviese en el gobierno, indica, no descansaría hasta conocer la verdad. “Si hubiese algo que EU podría hacer para ayudar, yo sería la primera en ofrecerlo”. Y bueno, por supuesto que el tema indigna. 

La cuestión es que, en sus líneas, confluyen dos factores: Primero, se trata de una precandidata en plena campaña, cuyo discurso es todo menos que espontáneo. El otro factor tiene que ver con su rol como ex secretaria de Estado en la construcción de todo un discurso al respecto de nuestro país. Esta es la historia: 

Eran tiempos en los que el entonces gobernador de Texas, Perry, hablaba sobre la necesidad de la presencia de tropas de Washington en México. Janet Napolitano, entonces secretaria del Departamento de Seguridad Interna, había asegurado que Calderón sí estaba dispuesto a permitir la presencia militar de EU en México. Poco después, el subsecretario del Ejército Westphal, indicaba que el riesgo de que los carteles “tomasen el poder” en México era cada vez más inminente, y que podría ser necesaria una intervención militar con tropas de Washington. 

Gracias a una nota de Dolia Estévez en MVS, en la Universidad Iberoamericana decidimos investigar la construcción de este discurso y publicamos varios textos (Santiago, Azúa y Meschoulam, 2010) en donde explicamos que la retórica como la utilizada por el Departamento de Estado, comandado por Hillary, tenía su origen en ciertos “Think Tanks” con conexiones con el Pentágono, como lo era el Centro para una Nueva Seguridad Americana, y publicaciones como el “Small Wars Journal”. Desde estos centros de pensamiento se habían establecido líneas discursivas que utilizaban vocablos como Estado fallido, Narcoinsurgencia, Narcoterrorismo, y Riesgo Hemisférico para hablar de México. Este discurso sonaba fuerte incluso para la Casa Blanca. En al menos una ocasión, el presidente Obama salía a corregir a su secretaria de Estado e indicaba que México no era un Estado fallido, pero la realidad es que ese lenguaje reflejaba la percepción de un sector que pensaba que existían serios riesgos en su frontera sur y que deseaba un mayor intervencionismo de EU en el combate a la inseguridad de México. 

Luego, está el contexto electoral actual en el que Hillary debe competir con Trump, un precandidato que ha sabido encantar a determinados sectores a través de sus declaraciones, y toda una retórica antiinmigrante, y en concreto, antimexicana. La cuestión no es que Trump diga lo que dice, sino el eco que encuentra. Por ello, es posible que los asesores de Hillary le estén aconsejando endurecer su línea en relación con el gobierno mexicano. 

Entonces: ¿qué parte de ese discurso está compuesta por lo que la candidata realmente piensa, qué parte por su pasado como subsecretaria y como activa co-constructora de la retórica de México como Estado Fallido, y qué parte por la cuestión electoral? Es difícil saberlo porque Hillary Clinton es todo eso al mismo tiempo: ex primera dama, ex senadora, ex secretaria de Estado y es actual contendiente por la Casa Blanca. Su forma de pensar y de expresarse es resultante todas esas condiciones, pasadas y presentes.